lunes, 27 de septiembre de 2010

Muhammad, el Mensajero de Allah Su misericordia hacia las mujeres.


Antes de la época del Profeta Muhammad (las bendiciones y la paz de Allah sean con él) las mujeres estaban oprimidas, eran insultadas, deshonradas, aún enterradas vivas ante los ojos y el conocimiento de grandes estados como Persia, que durante ese período sólo le concernían cuestiones como la expansión de sus colonias.

Cuando el Profeta Muhammad llegó, devolvió a las mujeres su libertad, las rescató de la sumisión a los hombres. Las trató como seres humanos, con igualdad con respecto a los hombres (excepto por las diferencias innatas), merecedoras de derechos y obligaciones.

El impidió el matarlas, herirlas, sepultarlas, insultarlas; más aún determinó que los mejores de sus seguidores eran quienes trataban bien a las mujeres, dijo: “El mejor de ustedes, es el que es mejor con las mujeres.”

También dijo: “Los mejores musulmanes son quienes tienen la mejor ética y moral; y el mejor de ellos es quien trata mejor a su esposa.”

Él ordenó a su nación a ser gentiles con las mujeres. Dijo: “Trátenlas con delicadeza como si fueran de cristal.”

Él afirmó sus derechos diciendo: “¡Oh Allah! Permanece junto a los derechos de dos personas débiles: los huérfanos y las mujeres.” El significado de este Hadiz es la advertencia por parte de Muhammad hacia los que maltraten a las mujeres.

Lo más grandioso e impresionante de Muhammad, fue que ordenó a sus compañeros a establecer el derecho de las mujeres, en el momento en que su propia muerte se acercaba.

¿Ha habido alguna otra persona importante en la historia, que estando cerca de su muerte ordenara que los derechos de las mujeres se respetaran?

No la ha habido…cuando ellos se acercaban a su muerte se preocupaban sólo por sí mismos.

Sin embargo, Muhammad, el Mensajero de Allah, ha demostrado su grandeza y el respeto hacia las mujeres, defendiendo y demostrando su clemencia hacia ellas, luchando casi hasta la muerte, legando a la humanidad la benevolencia para con las mujeres, aún persuadiendo a que sean benevolentes entre ellas.

Dijo: “Sean buenos con las mujeres.”

martes, 21 de septiembre de 2010

NADA TE TURBE


Reflexionemos:

Nada te turbe, porque ya en el pasado cuando estuviste triste, tu situación no mejoró en absoluto por sentir aflicción. ¿Acaso cuando te deprimiste porque a tu hijo le fue mal en la escuela, tu depresión mejoró sus notas? ¿Acaso cuando te sentiste muy abatido por el fallecimiento de tu padre, tu tristeza le devolvió la vida? ¿Acaso cuando perdiste tu negocio y te entristeciste, tu amargura cambió la situación y convirtió tus pérdidas en ganancias?

Nada te turbe, porque si te desanimas y entristeces por una adversidad, sólo conseguirás otro fracaso. Si te deprimes por la pobreza, sólo lograrás empeorar esa angustiante situación. Si caes en un estado sombrío debido a las palabras de tus enemigos, sin querer los estarás ayudando en sus ataques contra ti. Cuántas veces te preocupaste porque sentías que sucedería algo malo, mas eso nunca sucedió.

Nada te turbe, porque la tristeza hace que veas veneno donde no hay más que agua fresca y que veas un cactus cuando en realidad estás viendo una rosa o un desierto cuando estás vislumbrando un jardín exuberante y que sientas que estás en una prisión agobiante cuando en realidad estás viviendo en una tierra vasta y espaciosa.

Nada te turbe, pues posees un cuerpo sano, con miembros fuertes, y además vives en paz y seguridad. “¿Cuál de las gracias de vuestro Señor negaréis?” (Corán 55:13)

La bendición del conocimiento

“…y te ha enseñado lo que no sabías. El favor de Dios sobre ti es grandioso.” (Corán 4:113)

La ignorancia mata a la conciencia y al alma de la persona.

“Te advierto para que no te cuentes entre los ignorantes” (Corán 11:46)

El conocimiento es una luz que nos guía hacia la sabiduría. Es vida para el alma y combustible para la personalidad.

¿Acaso aquel que estaba muerto de corazón, perdido en la incredulidad y le dimos la vida guiándole, y le proporcionamos una luz con la cual transita entre la gente es igual a aquel que se encuentra entre tinieblas y no puede salir de ellas? (Corán 6:122)

La felicidad y el buen ánimo llegan de la mano de la educación, porque a través del conocimiento uno puede alcanzar sus metas y descubrir lo que hasta entonces estaba oculto. El alma, pos su propia naturaleza, ansía la adquisición de nuevos conocimientos para estimularse a sí misma y también a la mente.

La ignorancia provoca aburrimiento y angustia porque el ignorante lleva una vida que nunca ofrece nada nuevo ni estimula a la mente. Ayer igual que hoy, hoy igual que mañana, y así sucesivamente.

Si deseas la felicidad, debes buscar instruirte y adquirir nuevos conocimientos y verás cómo la ansiedad, la depresión y la angustia se alejarán de ti.

“…y di: “¡Oh, Señor mío! Acrecienta mi conocimiento” . (Corán 20:114) “¡Lee! En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas”. (Corán 96:1)

El Profeta (las Bendiciones y la Paz de Dios sean con él) dijo:

“Si Dios quiere el bien para alguien, le concede conocimiento en la religión”.

Por lo tanto, si alguien es ignorante, no debe estar orgulloso de su riqueza ni de su estatus social pues su vida carece de significado y sus logros serán penosamente incompletos.


“¿Acaso quien reconoce que lo que te reveló tu Señor es la Verdad es igual al ciego de corazón?”.
(Corán 13:19)

El arte de la felicidad

Una de las mayores bendiciones es tener un corazón apacible, estable y feliz. Ya que cuando estamos felices, la mente se despeja y nos permite ser personas productivas. Se dice que desarrollar la felicidad en nuestro interior es un arte que se debe cultivar. Pero ¿cómo se aprende?

Un principio básico para alcanzar la felicidad es tener la capacidad de soportar y manejar cualquier situación. Por lo tanto, no deber dejarte regir por las circunstancias difíciles ni tampoco debes molestarte por problemas insignificantes. Cualquier persona si desarrolla la pureza en su corazón y la capacidad de soportar las dificultades puede alcanzar la felicidad. Al poner en práctica la paciencia y la tolerancia, las calamidades te serán mucho más fáciles de soportar.

Lo opuesto a la felicidad es tener una visión limitada que no nos permita ver más allá de una corta distancia, y preocuparse por uno mismo olvidándose del mundo y de todo lo que hay en él.
Dios describió a sus enemigos de la siguiente manera:

“Otros, en cambio, preocupados tan sólo por su suerte”. (Corán 3:154)

Es como si se creyeran tan importantes como todo el universo, o al menos el centr del mismo. No piensan en los demás ni tampoco viven por nadie que no sea por ellos mismos. Debes preocuparte por ti pero también por los demás, incluso alejarte un poco de tus propios problemas para olvidar las heridas que hay en tu vida. Al hacer esto obtendrás dos cosas: ser feliz y dar alegría a los que te rodean.

Una actitud básica para desarrollar el arte de la felicidad es frenar y restringir nuestros pensamientos, no permitir que se extravíen o se escapen y se desenfrenen. Porque si dejas que tus pensamientos divaguen a su antojo, correrán salvajemente y terminarán por controlarte. Abrirán el registro de las penurias del pasado y te recordarán la historia de tus infortunios, comenzando por el día en que saliste del vientre de tu madre. Si vacilas recordando esos pensamientos, te traerán imágenes de las dificultades del pasado y te presentarán un futuro aterrador. También estremecerán todo tu ser y provocarán que tus entimientos se enfurezcan. Por lo tanto, debes restringirlos, dirigirlos y concentrarlos para pensar solamente en cosas fructíferas y trabajos benéficos.

“Encomiéndate al Viviente Inmortal” (Corán 25:58)

Otro de los principios del arte de la felicidad es apreciar la vida en este mundo según su verdadero mérito y valor. Esta vida es frívola y no te garantiza nada excepto que algún día deberás dejarla. Esta vida está llena de calamidades, dolores y heridas. Si esa es la descripción de esta vida, ¿cómo puede uno entonces verse afectado por calamidades menores o cómo puede uno lamentarse por cosas tan materiales como la que suceden a diario? Los mejores momentos de la vida están viciados, sus promesas futuras son meros espejismos, los exitosos son envidiados, el bendecido está amenazado constantemente y los que aman se ven sorprendidos de repente por la desgracia.

Un dicho dice:

“El conocimiento sólo se adquiere mediante el aprendizaje, y la benevolencia se adquiere mediante la tolerancia”.

Si uno intentara aplicar el significado de este Dicho al tema que estamos tratando, podríamos ir un paso más allá y decir que la felicidad se logra manifestándola. Es decir, se la adquiere sonriendo constantemente, buscando razones para estar felices e incluso obligando a la felicidad a entrar en nosotros, así hasta que algún día llegue por sí sola.

La verdad es que no se puede evitar todo resabio de angustia, porque la vida fue creada como una prueba:

“Que por cierto creamos al hombre y éste deberá soportar las adversidades” (Corán 90:4)
Pero el mensaje que trato de darte es que debes, en la medida de lo posible, reducir la cantidad y la intensidad de tu angustia. En cuanto a estar totalmente libre de angustia, eso es algo que pueden conseguir los habitantes del Paraíso en el Más Allá. Es por esta razón que dirán:

“Y dirán: ¡Alabado sea Dios, que ha hecho desaparecer toda tristeza de nosotros!”. (Corán 35:34)
Esto prueba que la angustia no se irá del todo hasta tanto no estemos en el Paraíso. De igual manera, los rencores.

“Y purificaremos sus corazones de todo rencor” (Corán 15:47)

Por eso cuando una persona conoce la naturaleza de este mundo y sus cualidades, se da cuenta de que es engañoso y frívolo, entiende totalmente que esa es su naturaleza y descripción.

Si el mundo es como yo lo he descrito aquí, entonces la persona inteligente no debe ayudarlo en su embestida, no debe rendirse a la depresión y la ansiedad. Lo que debemos hacer es defendernos de todos los sentimientos que puedan dañar nuestras vidas, como una guerra que debemos librar utilizando todas nuestras fuerzas para obtener la victoria.

“¡…sin perder la fe por los reveses padecidos en la causa de Dios, flaquear o someterse al enemigo! Dios ama a los perseverantes.” (Corán 3:146)
Reflexionemos:

Nada te turbe, pues si eres pobre, seguramente habrá muchas personas que también tengan deudas como tú. Si no tienes tu propio medio de movilidad, seguramente habrá alguien que no posee sus piernas o que no puede movilizarse. Si tienes razones para quejarte del dolor de la enfermedad, seguramente habrá alguien que está postrado desde hace varios años. Y si has perdido un hijo, seguramente alguien perdió toda su familia en un inesperado accidente de tránsito.

Nada te turbe, porque si te sientes triste, estarás alterando tu alma y tu corazón y no podrás conciliar el sueño con tranquilidad.

Un poeta árabe dijo:

“Con cuánta frecuencia la desesperanza se apodera
del joven cuando se ve afligido, y en Dios está la
salida. Cuando la situación se torna insoportable y
la cuerda se tensa y parece cortarse, todo se
soluciona a pesar que en ningún momento pensó
que podría salvarse”.



Controla tus emociones

Las emociones se alteran por dos razones: por la alegría extrema o por un dolor intenso. En un dicho, el Profeta (las Bendiciones y la Paz de Dios sean con él) dijo:

“Se me ha prohibido emitir dos sonidos tontos y perversos en dos estados: ante la felicidad extrema y ante las calamidades.” “No os desesperéis por lo que no habéis conseguido y no os regocijéis por lo que os hemos concedido” (Corán 57:23)
Por esta razón, el Profeta (las Bendiciones y la Paz de Dios sean con él) dijo:

“La verdadera paciencia es aquella que se manifiesta ante el primer impacto”.

Por lo tanto, cuando uno contiene sus emociones, tanto en ocasiones felices como en la adversidad, tiene más probabilidades de alcanzar la paz y la tranquilidad, la felicidad y el alivio y el sabor del triunfo sobre sí mismo. Dios describió al hombre como exultante, jactancioso, irritable, desconforme cuando el mal le avecina y mezquino cuando le llega el bien. Las excepciones, según nos dice Dios, son aquellos que permanecen constantes en la oración. Ya que se encuentran a mitad de camino entre los momentos de alegría y de tristeza. Son agradecidos en tiempos de buenaventura y pacientes al atravesar dificultades.

Las emociones descontroladas pueden desgastar a una persona, causando dolor e insomnio. Cuando un hombre se enoja, se enfurece, amenaza a los demás, pierde el control sobre sí mismo y sobrepasa las fronteras de la justicia y del equilibrio. Mientras que si está feliz, se olvida de sí mismo y sobrepasa los límites de la modestia.
Cuando se aleja de una persona, la subestima, olvida sus virtudes y menosprecia sus buenas cualidades. Y contrariamente, cuando ama a alguien, no escatima en distintas formas de elogios y veneración, mostrándola como el pináculo de la perfección. El Profeta (las Bendiciones y la Paz de Dios sean con él) dijo:

“Ama con moderación, que puede llegar el día en que aborrezcas a quien amabas. Odia con moderación, ya que puede llegar el día en que ames a quien aborrecías”.
En otro dicho el Profeta (las Bendiciones y la Paz de Dios sean con él) dijo:

“Te pido Oh Dios que me hagas justo, tanto en momentos de ira como de alegría.”

Si una persona le pone límites a sus emociones, controlando su mente y dando a cada asunto la importancia que le corresponde, habrá dado un paso más en el camino de la sabiduría y el verdadero entendimiento.

“Por cierto que enviamos a nuestros Mensajeros con las pruebas evidentes e hicimos descender con ellos el Libro y la balanza de la justicia para que los hombres sean equitativos”. (Corán 57:25)
De hecho, el Islam trajo consigo el equilibrio que es necesario tanto en los asuntos morales como en la conducta.

“Hicimos de vosotros una comunidad moderada y justa” (Corán 2:143)

Es una obligación ser justo en nuestros modales y todos los demás asuntos de nuestra vida. El Islam se basa en la verdad, la justicia y la honestidad.

“La Palabra de tu Señor es completamente cierta y justa”. (Corán 6:115)

viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Qué falsedades se sostienen sobre el Islam?


La guerra y la violencia

Uno de los prejuicios más frecuentes en lo que concierne al Islam es la acusación que se le hace de ser una religión guerrera y violenta y la de haberse expandido por la fuerza.

Alimentan esta postura la propaganda de los medios masivos de difusión con un tratamiento antojadizo de la situación en las regiones islámicas y sus conflictos y, en general, toda la educación e información que sobre el Islam se transmite en occidente, empezando por los textos de historia de los colegios de enseñanza media. El tema de la 'guerra santa' es citado por muchos pero comprendido por muy pocos.

Digamos en primer lugar que el Islam compromete totalmente al individuo y a la sociedad por la Causa de Dios, que es la causa de la Justicia entre los hombres. Una de las obligaciones del musulmán es 'ordenar el bien y vedar el mal', y esto constituye un acto obligatorio de la fe islámica. El musulmán sabe que la verdadera piedad reside en una conducta comprometida con sus hermanos en la fe y sus congéneres, y en esto se guía por el dicho del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) quien dijo:

"Ninguno de vosotros alcanzará la fe (verdadera) hasta que ame para su hermano lo que ama para sí mismo".

Y dijo también:

"Quien comienza su día y no se interesa por los asuntos de los musulmanes, no es de los nuestro".

Bastan estas referencias para comprender que en el espíritu de la religión islámica no se percibe esa dualidad (generalmente hipócrita) entre el poder temporal y la esfera religiosa. El Islam es una unidad y ningún asunto humano le es ajeno. En el Islam, la religión, la política, la economía o el gobierno de un estado no están separados, sino integrados en una misma unidad de acción y concepción.

El Islam prescribe entonces la lucha, principalmente en legítima defensa ante la agresión externa que sufra el pueblo islámico. La legítima defensa (de su territorio, de sus bienes y recursos naturales, de su modo de vida, de su libertad y creencias) es un derecho inalienable de toda comunidad así como de todo individuo. Tal lucha, en defensa de valores sagrados como la libertad, la fe y los bienes legítimos, es para el Islam una lucha sagrada, es el Yihád o combate por la Causa de Dios.

"Combatid por la Causa de Dios a quienes os combatan. Pero no os excedáis o provoquéis, porque Dios no Ama a los agresores". (Corán 2:190)

"¿Qué os impide combatir por la Causa de Dios y la de los indefensos oprimidos: hombres, mujeres y niños que claman: '¡Señor nuestro! ¿Sácanos de esta ciudad de gente opresora, y concédenos de Tu parte un protector, y danos de Tu parte un socorredor! ". (Corán 4:75)

A lo largo de la historia, desde sus mismos inicios, el Islam se expandió por la persuasión y el valor del ejemplo, ejemplo de justicia y comprensión.

Bizancio y Persia atacaron al Islam en sus orígenes, y éste respondió a sus agresiones con la fuerza de la fe pese a la inferioridad de recursos. Los musulmanes fueron recibidos como libertadores en esos extensos territorios del mundo antiguo.

¿Acaso si los musulmanes hubieran sido injustos hubiera perdurado la fe islámica en esas regiones (el Cercano Oriente) hasta hoy día, o en otras, como China, África, o el Sudeste Asiático?

O tomemos el ejemplo de las cruzadas, ¿no fueron acaso promovidas por occidente en aras de una pretendida causa religiosa, que era más bien hegemónica, económica y política?.

El Islam sostiene que la violencia es de dos tipos: aquella que es agresión, injusticia y opresión, y la que con justicia se opone a ellas.

Las sociedades humanas, y la humanidad en su conjunto, son como un cuerpo vivo sujeto a las condiciones dinámicas del desarrollo, la enfermedad, etc. Cuando un organismo extraño penetra en el cuerpo humano, éste se defiende apelando a su sistema inmunológico, ataca al intruso y da cuenta de su presencia con fiebre y otros síntomas. ¿A alguien se le ocurre pensar que esta violencia del cuerpo contra otros seres vivos que pueden alterar su equilibrio y llevarlo a la muerte, es injusta?. Desde luego que no.

De manera análoga las sociedades deben defenderse de aquello que las socava y pretende destruirlas, llámese corrupción o injusticia, violencia, iniquidad, mentira o engaño.

Islam significa paz, y las condiciones para la licitud de la guerra en la ley islámica son muy precisas: debe existir el antecedente de una agresión o una amenaza cierta de ella que ponga en peligro a la comunidad islámica. Jamás los musulmanes fueron agresores, y las ocasionales injusticias de algunos hipócritas y desviados no permiten generalizarlo al conjunto. La orden de Revelación es preferir siempre la paz.

"Y si se inclinan hacia la paz, ¡Inclínate tú también a ella!, y confía en Dios". (Corán 8:61).

"Si se apartaron de vosotros y (ya) no os combaten, y os ofrecen la paz, entonces Dios no os faculta para subyugarlos " (Corán 4:90)

Más aún, debemos al Islam la humanización de la guerra.

Catorce siglos antes de la Convención de Ginebra (Protocolo de 1925) el Profeta sentó el precedente y ordenó el trato humanitario de los prisioneros, el respeto de las propiedades privadas del campo enemigo, la no agresión a personas no involucradas en el combate, el respeto de los acuerdos, etc., todo lo cual las avanzadas naciones occidentales no respetan (pese a los acuerdos que firmaron) ni siquiera hoy día. Esta apretada reseña de la posición del Islam ante la violencia y, sobre todo, el testimonio objetivo de la historia, muestran que el Islam y los musulmanes son en verdad los agredidos y no los agresores. Y así seguirá siendo mientras haya musulmanes que mantengan en alto la bandera de la justicia, y proclamen la verdad.

"Sois (musulmanes) la mejor comunidad que jamás se haya suscitado entre los hombres: Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en Dios". (Corán 3:110)

La situación de la mujer

El Islam enalteció a la mujer y la equiparó al hombre, al punto que en el Sagrado Corán recibe un trato igualitario con su pareja (es prácticamente el único libro sagrado que se dirige a la mujer como tal y la trata en pie de igualdad con el hombre). La mujer es valorada en la sociedad islámica por su inteligencia y virtud.

Desde sus mismos orígenes el Islam le otorgó a la mujer derechos y privilegios que la mujer occidental, en la mayoría de los países, sólo obtuvo en este siglo, como el libre manejo de sus bienes, la capacidad de testar, el derecho al divorcio, la separación de gananciales, el derecho a recibir un salario por tareas realizadas en su propio hogar, etc.., La mujer es, para el Islam, un tesoro incalculable, un bien fundamental sobre el que se cimenta la familia, núcleo de la sociedad. El Profeta destacó enormemente el valor de la mujer como compañera del hombre, esposa y madre. Colocó a la madre en una jerarquía tres veces superior a la del padre, y dijo: 'El Paraíso yace a los pies de las madres', y prometió la misma recompensa para quien críe, sustente y eduque en el bien y la fe a una hija mujer.

Pese a esta realidad incuestionable, existe el prejuicio, debidamente alimentado y atizado por los medios masivos de difusión al servicio del imperialismo, de que la mujer es poco menos que esclava en la sociedad islámica; y el blanco preferido de esta crítica es el pudor de la mujer musulmana que cubre su cuerpo y no lo exhibe como en un escaparate.

Lo que en otra época, en una sociedad más sana, se hubiera valorado como un signo de virtud y nobleza, hoy, invirtiendo los valores, se denuncia como degradación y humillación. No olvidemos que la mujer musulmana hoy, como hace catorce siglos, se viste igual que lo hacía María, la madre de Jesús, la paz sea con ambos, a quien cualquier mujer occidental cristiana dice venerar pero no imita.

La realidad que se esconde detrás de esta situación es muy otra. La mujer occidental moderna es un pobre ser esclavo de la moda y de un estereotipo femenino artificial. La mujer vale solamente por su cuerpo y su apariencia, poco importa su inteligencia. Y para cumplir con el 'modelo' que la sociedad le impone muchas mujeres llevan la peor de las vidas, detrás de dietas y trabajando sólo para satisfacer sus necesidades de vestuario.

Este es el saldo deplorable de la pretendida liberación femenina que, más que liberar a la mujer terminó convirtiéndola en esclava de toda una forma de consumo. El gran logro del sistema capitalista y consumista que agobia a occidente es precisamente el haber incorporado de lleno a la mujer al ámbito del consumo y la producción. Medítese sino unos breves instantes en todos los productos de esta sociedad que tienen como destinatario a un prototipo de mujer artificial, creado de la nada en las últimas décadas, y que sólo ha alineado a la mujer de su esencia y sus verdaderos valores, convirtiéndola (igual que al hombre), en un ser infeliz insatisfecho y desequilibrado.

El Islam reconoce a la mujer como compañera plena e igual del hombre en la procreación de la humanidad. Él es el padre, ella la madre, y los dos son esenciales para la vida. Su papel no es menos vital que el de aquél. Por esta razón su participación es la misma en todos los aspectos; ella tiene derecho a los mismos derechos, asume las mismas responsabilidades y hay en ella tantas cualidades y humanidad como en las de su pareja.

Dios dice con respecto a esta igual participación en la reproducción del género humano:

"¡Oh humanos!, ciertamente, os creamos de un hombre y una mujer y os dividimos en naciones y tribus, para que os reconozcáis" (Sagrado Corán 49:13; cf. 4:1).

Es igual al hombre, al asumir responsabilidades comunes y al recibir premios por sus obras. Está reconocida como personalidad independiente, poseedora de cualidades humanas y digna de aspiraciones espirituales. Su naturaleza humana no es inferior, ni distinta a la del hombre. Ambos son miembros uno del otro. Dios dice:

Su Señor les advirtió, diciendo: "Jamás desmereceré la obra de cualquiera de vosotros, sea hombre o mujer; porque descendéis unos de otros"

Es igual al hombre en la búsqueda de educación y sabiduría. Cuando el Islam ordena buscar la sabiduría a los musulmanes, no establece distinción entre hombre y mujer. Hace casi catorce siglos, Muhammad declaró que la búsqueda de sabiduría incumbe a cada musulmán, hombre y mujer. Esta declaración fue muy clara, y puesta en práctica por los musulmanes a través de la historia.

Tiene derecho a la libertad de expresión lo mismo que el hombre. Sus opiniones sensatas se toman en consideración, y no pueden descartarse sólo porque proceden del sexo femenino. Se refiere en el Sagrado Corán, y en la historia, que la mujer no sólo expresó su opinión libremente, sino que argumentó y participó en serias discusiones con el Profeta y con otros jefes musulmanes (Sagrado Corán 58:1-4; 60:10-12).

Además hubo ocasiones en las que las mujeres musulmanas expresaban sus opiniones sobre materias legislativas de interés público y se oponían a los califas, quienes aceptaban los razonables argumentos de estas mujeres. Un ejemplo específico tuvo lugar durante el Califato de Umar Ibn al-khattab.

Los datos históricos indican que las mujeres participaban en la vida pública con los primeros musulmanes, especialmente en momentos de emergencia. Las mujeres solían acompañar a los ejércitos musulmanes que entraban en batallas para atender a los heridos, preparar suministros, servir a los guerreros, etc. No quedaban encerradas detrás de las barras de hierro, ni se las consideraban criaturas inútiles, carentes de alma.

El Islam concede a la mujer derechos iguales para contratar, crear empresas, ganar y poseer independientemente. Su vida, su propiedad, su honor son tan sagrados como los del hombre. Si comete alguna ofensa, su castigo no es mayor o menor que el de un hombre, en caso semejante. Si sufre daño o perjuicio, recibe las compensaciones debidas igual que el hombre, en su situación ( Sagrado Corán 2:178; 4:45-92-93).

El Islam no relaciona estos derechos en forma estadística para descansar después. Ha tomado medidas para salvaguardarlos y ponerlos en práctica, como artículos integrantes de fe. Jamás tolera a quienes tienden a perjudicar a la mujer, o a establecer discriminación entre hombres y mujeres. El Sagrado Corán reprocha, una y otra vez, a quienes acostumbraban a creer que la mujer era inferior al hombre (16:57-59-62; 42:47-50; 43:15-19; 53:21-23).

Aparte del reconocimiento de la mujer como ser humano independiente, aceptada como igualmente esencial para la supervivencia de la humanidad, el Islam le ha dado una participación en la herencia. Antes del Islam, no sólo no se vió privada de esa participación, sino que fue considerada como propiedad para ser heredada por el hombre. Al margen de esta concepción de propiedad transferible, el Islam la consideró heredera reconociendo las cualidades humanas inherentes en la mujer. Tanto si es esposa o madre, hermana o hija, recibe una cierta parte de la propiedad del familiar difunto, parte que depende de su grado de relación con el fallecido y le número de herederos. Esta parte es suya y nadie puede tomarla, ni privarla de ella. Aunque el difunto desee desposeerla de ella, haciendo testamento en favor de otros familiares, o de cualquier otra causa, la ley islámica no se lo permitirá. Todo propietario está autorizado a testar dentro del límite de un tercio de su propiedad, de manera que ella no afecta a los derechos de sus herederos hombres o mujeres. En el caso de herencia se aplica plenamente la cuestión de igualdad e identidad. En principio, tanto el hombre como la mujer están igualmente facultados a heredar la propiedad de los familiares fallecidos, aunque puedan las partes que reciben. En algunas ocasiones, el hombre recibe dos partes mientras que la mujer sólo recibe una. Esto es señal de que no se otorga preferencia o supremacía al hombre sobre la mujer.

Las razones por las que el hombre recibe más, en estos casos particulares, pueden clasificarse como sigue:

PRIMERO. - El hombre es la persona únicamente responsable del total mantenimiento de su esposa, su familia y cualquiera demás parientes necesitados. La ley islámica le obliga a asumir, todas las responsabilidades financieras y mantener adecuadamente a las personas que están a su cargo. Es también deber suyo contribuir económicamente a todas las buenas causas de la sociedad. La totalidad de las cargas financieras son soportadas exclusivamente por él.

SEGUNDO. - Por el contrario, la mujer no tiene responsabilidad financiera alguna, excepto la pequeña correspondiente a sus gastos personales, las cosas lujosas que desee tener. Goza de seguridad económica y está mantenida. Si es esposa, la provee el marido; si es madre, el hijo; si es hija, el padre y, si es hermana, el hermano, etc., si no tiene familiares de los que depender no hay problema de herencia, porque no hay nada que heredar y nadie que legue en ella. No obstante, no se le puede dejar morir de hambre; el conjunto de la sociedad, el estado, tienen la obligación de mantenerla. De ayudarla o de proporcionarle un trabajo para ganar el sustento, y todo cuanto dinero consiga será suyo. No es responsable de mantener a nadie, además de ella. Si fuera un hombre el que estuviera en su situación, éste debe ser el responsable de la familia y de los posibles miembros que necesitan de su ayuda. Por eso, en la situación más extrema, su responsabilidad económica de la mujer es limitada, mientras que la del hombre es ilimitada.

TERCERO. - Cuando una mujer recibe menos que un hombre, no se la desposee de nada por lo que haya trabajado. La propiedad heredada no es resultado de sus ganancias y de sus esfuerzos. Es algo que procede de una fuente neutral, algo adicional o extra. Es algo por lo que no lucharon ni el hombre ni la mujer. Es una especie de ayuda, y toda ayuda ha de repartirse con arreglo a las urgentes necesidades y responsabilidades, especialmente cuando el reparto está regulado por la Ley de Dios.

En otro caso tenemos a un heredero varón cargado con toda clase de responsabilidades y compromisos económicos. Por otro, tenemos a una heredera mujer sin niguna responsabilidad en absoluto, o como mucho, muy pequeña. Para ellos tenemos algunos bienes y ayuda para distribuir por vía de herencia.

- Si desposeemos completamente a la mujer, sería injusto para ella, sería injusto para ella porque es pariente del difunto.

- Del mismo modo, si damos siempre a ella una parte igual a la del hombre, sería injusto para él.

Por ello, en lugar de ser injustos con cualquiera de ellos, el Islam da al hombre una porción mayor de los bienes heredados para ayudarle a satisfacer sus necesidades familiares, y responsabilidades sociales. Al mismo tiempo el Islam no ha olvidado a la mujer, puesto que le ha dado una porción para satisfacer sus necesidades muy personales. De hecho, el Islam es, en este respecto, más benevolente con ella que con él. Podemos decir aquí que cuando se toman en conjunto los derechos de la mujer son iguales a los del hombre, aunque no necesariamente idénticas.

La mujer goza de ciertos privilegios de los que carece el hombre:

- Está libre de algunos deberes religiosos, p.e. la oración y el ayuno, en sus períodos regulares en los momentos de parto.

- Está exenta de asistir a la asamblea obligatoria del viernes. Está exenta de toda responsabilidad financiera.

- Como madre, goza de mayor reconocimiento y honor a los ojos de Dios (Sagrado Corán 31:14-15). El Profeta Muhammad (Que Dios le bendiga y le de paz) sancionó este honor cuando declaró que el paraíso se encuentra bajo los pies de las madres.

- Tiene derecho a las tres cuartas partes del amor y de las atenciones del hijo, quedándole al padre la cuarta parte restante.

- Como esposa, tiene derecho a exigir a su presunto marido una dote adecuada, que sería suya propia.

- Tiene también derecho a recibir pleno sustento y mantenimiento del marido.

- No está obligada a trabajar, ni a compartir los gastos familiares con el marido.

- Es libre para retener, después del matrimonio, cuanto poseyera con anterioridad, y el marido no tiene derecho alguno a sus pertenencias.

- Como hija o hermana tiene derecho a seguridad y sustento por parte del padre o hermano, respectivamente. Este es un privilegio de la mujer.

- Si desea trabajar, autobastarse, y participar en el manejo de las responsabilidades familiares, es totalmente libre de hacerlo, siempre que quedan salvaguardados su integridad y honor.

Para más informaciones le recomiendo al lector visitar el rincón de la mujer en la página principal

Intolerancia y fanatismo

Hoy en día, la fe y la entrega por la causa de la verdad y la justicia parecen, para el hombre 'postmoderno', algo del más remoto pasado, algo enterrado en libros de historia que hablan de mártires y santos, una condición felizmente 'superada'! por el ser humano.

No es extraño entonces que la cultura occidental, tan alejada ya de los valores sagrados y trascendentes, tan apartada de Dios, vea como 'fanatismo' y 'locura' toda entrega sincera por la fe, todo sacrificio en aras de la verdad. Un ser preocupado sólo por sí mismo, por sus intereses inmediatos y materialistas, no puede comprender que otro hombre se sacrifique por un ideal de justicia, o que luche para liberar a sus hermanos de la opresión, o que someta a sus pasiones y no se entregue a las bajezas que degradan su condición humana.

No existió ni existe cultura más justa y tolerante que el Islam. Prueba de ello es que aceptó en su seno y protegió a los devotos de otras religiones, que prosperaron siempre bajo su gobierno.

Baste como ejemplo el caso de los judíos, que siempre vivieron tranquilos en territorio del Islam hasta hoy día (hay muchos judíos aún hoy en países como Marruecos, Turquía, Siria e Irán); sin mencionar el período de la España musulmana, Al-Andalus, en que tuvieron un florecimiento notable de su filosofía y estudios religiosos.

La cultura occidental es altamente discriminadora y no dejan de presentarse en ella, de tanto en tanto, serios brotes de racismo. 'Negros, 'judíos','moros', 'extranjeros', 'hispanos', etc. son objeto de la discriminación. Es una cultura egoísta en donde la tendencia es a separar y dividir, no hay hermandad ni una concepción universal del hombre.

En el Islam, en cambio, conviven todas las razas en pie de igualdad. Dijo el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él):

"Los musulmanes son hermanos entre sí"

y afirmó también:

"Todos los hombres son iguales como los dientes del peine del tejedor; no hay diferencia entre el árabe y el no-árabe, entre el blanco y el negro, excepto por la piedad".

Destacando que la única nobleza es la espiritual.

A diferencia de otras religiones, el Islam acepta la salvación de la gente del Libro que, al menos, crea en Dios y en el Día Final y obre el bien. Dice el Sagrado Corán:

"Los creyentes, y los judíos, cristianos y sabeos, los que de ellos crean en Dios y en el Día Final y obren el bien, tendrán una recompensa ante su Señor y no temerán ni se atribularán". (Corán 2:62)

El Sagrado Corán es perfectamente claro cuando establece que la fe no se impone por la fuerza, sino que se evidencia por sí misma a la razón y el corazón del hombre:

"No haya imposición en cuanto a la religión, pues ya se ha evidenciado la verdad del error" (Corán 2:256)

¿Tiene parangón esta apertura universal cuando se la compara con páginas sombrías de la historia como la Inquisición, el holocausto de los indígenas americanos, la esclavización de los negros, la depredación del imperialismo anglosajón, o la usurpación de Palestina por el sionismo?.

http://www.islamenlinea.com/content/view/91/123/

jueves, 16 de septiembre de 2010

Istikhara Te sientes confundido? ...Indeciso?


Sigue esta receta que está comprobada para el éxito ¡Funciona todo el tiempo!

Es habitual que en nuestros asuntos cotidianos los musulmanes nos enfrentemos a situaciones que requieran de nuestra decisión. Algunas veces éstas vienen acompañadas por la ansiedad, un pensamiento constantemente, y la preocupación, antes de que uno sea capaz de decidirse por una u otra opción. Es por este tipo de situaciones que el Profeta Muhammad (saws) recomendó a las personas a realizar una oración voluntaria el cual les permitirá buscar la guía de Allah (SWT), Quien es El que mejor decide, para tomar la decisión más apropiada respecto a algún asunto en particular.

En árabe a esta oración se la conoce como Salatul Istikhara, y su importancia es tal que el Profeta Muhammad (saws) solía enseñarla a sus compañeros de la misma manera que enseñaba los versos del Corán.

Jabir -r.a.- quien era uno de los compañeros del Profeta Muhammad (saws), narró:

"El Mensajero de Allah (saws) solía enseñarnos el Istikhara en todos los asuntos, igual que nos enseñaba una Sura (versículo) del Corán. Él solía decir: Si alguno de vosotros tiene un asunto importante que dilucidar, que haga dos rakas (unidades) voluntarios, que no sean de las obligatorias, a cualquier hora del día o de la noche y luego suplicad:

Allahumma inní astakhíruka bi-ilmik, wa astaqdiruka bi-qudratik, wa asaluka min fadlika al-adhím, fa-innaka taqdir wa la aqdir, wa taalamu wa la aalam, wa Anta allámul-quiúb. Allahumma in kunta taalamu anna hadhal-amra
(aqui la persona menciona el asunto por el cual se solicita la guía)
khairun li fi Diní wa maashí wa áqibati amrí, faqdurhu li wa iassirhu li, zumma bárik li fíhi. Wa in kunta taalamu anna hadha al-amra
(aqui la persona menciona el asunto por el cual se solicita la guía)
sharrun li fi Diní wa maashí wa áqibati amrí, fasrifhu anní wasrifní anhu, waqdur li al-khaira haizu kana, zumma arddini bihi.

Oh Allah! Te pido que escojas lo mejor para mí, por Tu conocimiento de ello. Y por Tu poder te pido que me capacites para la elección. Y así te pido de Tu inmenso favor. Porque Tú puedes y yo no puedo. Tú sabes y yo no sé. Y Tú eres el conocedor de todo lo oculto. Oh Allah! Si sabes que este asunto (aqui la persona menciona el asunto por el cual se solicita la guía) es bueno para mí, tanto en mi religión como en mi vida y su objetivo final es sano, decrétalo para mí y facilítamelo. Después, bendíceme en él. Y si sabes que este asunto (aqui la persona menciona el asunto por el cual se solicita la guía) es malo para mí, tanto en mi religión como en mi vida y su objetivo final no es sano, apártalo de mí y apártame de él. Y decreta el bien para mí dondequiera que esté. Después, déjame satisfecho con el asunto decretado.

Habiendo solicitado la guía de Allah como lo antecedido, entonces la persona prosigue sus asuntos cotidianos y espera por la debida respuesta de Allah. Ésta se pude manifestar en la persona mediante la seguridad o más indecisión que se sienta en el corazón respecto al asunto.

Así que cuando sientas en tu corazón una sensación de vigor, optimismo o confianza respecto al asunto en cuestión, debes interpretar esto como una respuesta positiva de Allah (SWT) y en adelante se debería proceder consecuentemente con el asunto en cuestión. Por otro lado, si lo contrario es verdadero y tus sensaciones de duda preocupaciones no se han aclarado, entonces deberías evitar el asunto en cuestión como si este significase malas consecuencias.

Allah (SWT) dice: "... es posible que os disguste algo que sea un bien para vosotros y que améis algo que sea n mal. Sólo Allah sabe y vosotros no sabéis." (Corán 2:216)

De hecho la esencia de esta oración es probar la confianza que uno tiene en Allah, por lo tanto, la necesidad de atenerse a la guía de Allah aun si esto significase continuar o abandonar el asunto en cuestión. Allah dice también:

"...y el que pone su confianza en Allah, Allah le es suficiente. Es cierto que la voluntad de Allah siempre se realiza y Allah le ha dado a cada cosa una justa medida." (Corán 65:3)

martes, 14 de septiembre de 2010

Consejos Sabios


Bismillahi-r-Rahmani-r-Rahim, In the Name of Allah, Universally Merciful, Singularly Compassionate
Bismillahi Rahmani Rahim



Ibn Hibân dijo:

«La lengua de la persona inteligente está detrás de su corazón, cuando quiere decir algo consulta su corazón, si piensa que debe hablar lo hace, si no, guarda silencio. El corazón de la persona ignorante está en la punta de su lengua, lo que llegue a su lengua lo menciona sin pensarlo, y quien no guarda su lengua no ha comprendido su religión [Islam]».

Dijo el Emîr de los creyentes ´Umar bin Al Jatâb, que Allah este complacido con él.

«No asuman sino algo bueno de las palabras que salgan de su hermano en la fe [musulmán],y traten de encontrar una interpretación buena de lo que dijo». Recordado por Ibn Kazîr en el tafsîr del aleya de la Surah Los Aposentos.



Dijo el Imâm Abû Hâtim bin Hibân Al Busti en Raudatu Al ´Uqalah Pág. 131:

«La obligación para la persona inteligente es no buscar los defectos de los demás, y que se ocupe en tratar de corregir los suyos. En verdad quien se ocupe en los defectos de sí mismo en lugar de los de los demás tendrá paz en su cuerpo y en su corazón, así cada vez que se entere de uno de sus defectos, verá con menos importancia el mismo defecto de su hermano. Si se ocupa en los defectos de las personas en lugar de sí mismo, su corazón estará ciego, su cuerpo agotado y empezará a tomar excusas de sus propios defectos».



Iahia bin Abi Kazîr dijo:

«Nunca he encontrado un hombre que su discurso es bueno sin que haya encontrado que el resto de sus obras también lo son, y nunca he encontrado un hombre que su discurso sea malo sin que el resto de sus obras también lo sean».

domingo, 12 de septiembre de 2010

Los 6 dias de Shawal


¿Es Sunnah ayunar seis días en el mes siguiente a Ramadán?

El mes siguiente a Ramadán, se llama Shawal, y fue establecido en la Sunnah la recomendación de ayunar seis días.

El Profetala( paz y las bendiciones de ALLAH sean sobre él) dijo: “Quien ayuna el mes de Ramadán y luego lo completa con seis días de Shawal es como si ayunara un año entero”

1. La explicación de por qué el ayuno de Ramadán y seis días de Shawal equivalen a ayunar un año completo es porque en un Hadiz, el Profeta Muhammad( la paz y las bendiciones de ALLAH sean sobre él )estableció que Allah recompensa las buenas obras multiplicándolas por diez, en su infinita misericordia y bondad, es decir que al ayunar los 30 días del mes de Ramadán y multiplicarlos por diez, significa que equivale a ayunar 300 días, si a eso le sumamos el ayuno de los seis días de Shawal, y multiplicarlos por diez, equivalen a 60 días, lo que da un total de 360 días, que equivalen a un año lunar completo.

Alabado sea Allah por su generosidad hacia sus siervos Respecto a este ayuno, es lícito ayunar los seis días seguidos, o también hacerlo por separado.

¿Puede una persona ayunar los seis días de Shawal cuando aún tie-ne días que recuperar días de ayuno de Ramadán?

Si alguien ha perdido algunos días de Ramadán, debe ayunarlos primero y luego ayunar los seis días de Shawal.

El Profeta Muhammad(la paz y las bendiciones de ALLAH sean sobre él ) dijo: “Quien ayuna el mes de Ramadán y luego lo completa con seis días de Shawal es como si ayunara un año entero”

2. El Hadiz establece que debe completarse el mes de Ramadán y recién luego ayunar los seis días de Shawal para completar un año de ayuno.

1 Muslim

jueves, 9 de septiembre de 2010

EID MUBARAK


Salam walikoum wa ramatullah wa barakatuh.

Eid Mubarak, para los Musulmanes de todo el mundo, Incha Allah sea aceptado vuestro ayuno, y que tengais un dia lleno de felicidad.

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El Eid ul Fitr marca el fin del mes de Ramadán. Le decimos adiós al mes bendito, a sus hermosos días y sus fragantes noches. Dejamos el mes de la búsqueda de la cercanía al Ar-Rahmaan, a la escuela del Imam y es una oportunidad para recargar nuestras baterías espirituales.

El Eid-ul-Fitr (Id al-Fitr) esta relacionado con el Sagrado mes de Ramadán. Esto significa el fin del mes del ayuno (el primer día del mes de Shawwal).

El Eid-ul-Fitr es un festival único. No tiene conexión con ningún evento histórico ni tampoco esta relacionado con el cambio de las estaciones o los ciclos de la agricultura. No es un festival relacionado en modo alguno a los asuntos mundanos.

Su significancia es puramente espiritual. Este es el día cuando los musulmanes agradecen a Dios por haberles dado la voluntad, la fuerza y la resistencia de observar el ayuno y de obedecer Su mandato durante el Sagrado mes de Ramadán.

Este día, en el mundo musulmán, trae regocijo y felicidad. El regocijo no es sin embargo por la partida del mes de Ramadán; es la felicidad que el hombre siente luego de completar exitosamente una tarea importante.

Es celebrado durante tres días en una festividad llamada Eid-ul-Fitr (la Fiesta de la Ruptura del Ayuno). Se intercambian regalos. Los amigos y la familia se reúnen para rezar en congregación.

La fiesta del Fitr es la recompensa de Dios para aquellos que ayunan durante el Sagrado mes de Ramadán. En este mes, los hombres deben tratar de acumular su verdadero conocimiento sobre Dios, hacer actos de caridad para los necesitados, renovar sus creencias hacia su Señor, y de esta forma será una verdadera Fiesta Bairam (Palabra turca que significa festival) para ellos. Las oraciones del día de Bairam son un motivo de unidad y de solidaridad para todos los musulmanes de alrededor del mundo.

¿Por qué celebramos el Eid ul Fitr?

¿El Eid es un signo de felicidad de porque Ramadán ha finalizado? ¡Todo lo contrario!

Es una celebración de agradecimiento a Allah por darnos la oportunidad y la fuerza de llevar a cabo sus órdenes en el Mes Bendito. Estamos felices de que somos capaces de ayunar y rezar en Ramadán, y hemos esperanzadamente incrementado en el taqwa (la conciencia de Dios), la meta del ayuno.

Allah dice en la Sura al-Baqarah, aleya 185: “… ¡Completad el número señalado de días y ensalzad a Allah por haberos dirigido! Quizás, así seáis agradecidos”.

El Imam Ali (La paz sea con él) dijo: “El Eid es para aquellos cuyos ayunos han sido aceptado por Allah, y cuyas adoraciones han sido apreciadas por Allah. Cada día en que no desobedecen a Allah son un día del Eid”.

El Sagrado Profeta (La paz y las bendiciones sean con él y su descendencia) celebraba el Eid y alentó a todos los musulmanes a hacerlo. Él les decía a los musulmanes que usaran buenas ropas, ponerse perfume, e ir a la mezquita a recitar la oración del Eid. También les decía que intercambiaran regalos del Eid, visitándose unos a otros, y generalmente pasar el día festivamente. Debemos recordar a los pobres por tomar el fitrah antes del Eid, visitarlos y enviarles sus regalos si pueden.

El día de Eid es para la remembranza de Allah. El Sagrado Profeta (La paz y las bendiciones sean con él y su descendencia) dice: “Dale belleza a tu Eid haciendo el takbir”.

Se dice que el Profeta (La paz y las bendiciones sean con él y su descendencia) mismo acostumbraba salir de su casa el día del Eid, recitando el takbir y glorificando a Allah en voz alta.

¿Para quién celebramos el Eid al-Fitr?

El Eid al-Fitr es un gran día de festividad para los musulmanes. Es un día de alegría y de felicidad. ¿Pero para quién? Es un día de alegría para aquellos que simplemente se visten con ropas nuevas y se ponen perfume? O es un día de felicidad para los que estaban esperando ansiosamente la liberación del más grande enemigo de la humanidad, Satán, de su cautiverio para que todos vuelvan a cometer pecados? Desafortunadamente, muchos musulmanes se abstienen de los pecados durante el mes de Ramadán, pero cuando llega el Eid, ellos vuelven a los que hacían antes! Los cassettes de las oraciones, que estaban en los autos durante el sagrado mes, se arrojan de nuevo a sus cajas y son reemplazados con aquellos, que son ilícitos, por la Shari’ah. Los lugares prohibidos de los que se han abstenido por este largo mes, son de hecho los mismos lugares donde van a celebrar el Eid.

Tal como, cuando una persona va a un colegio, o a una universidad y al completar este curso recibe un premio marcando su logro, debemos entender que, el Sagrado Mes de Ramadán es una universidad espiritual donde se están formando para lograr la Taqwa, es decir la piedad.

El día del Eid al-Fitr es cuando Allah (Alabado Sea) adjudica nuestros logros.

¿Que hacer en este día? La Sunnah de la Oración del Eid

Los siguientes actos se prescriben como Sunnah en el comienzo del día de Eid-ul-Fitr antes de proceder a la oración del "Eid:

1. Despertarse temprano en la mañana.

2. Lavar uno a uno los dientes con un Miswaak o un cepillo.

3. Tomar un baño.

4. Vestir una de sus mejores ropas disponibles.

5. Usar perfume.

6. Comer un alimento dulce, preferiblemente dátiles, antes de la oración del Eid.

7. Recitar el siguiente Takbir en voz baja mientras se dirijan a la oración del Eid:

Allahu Akbar Allahu Akbar La Ilaha Ila Allah Wa Allahu Akbar Allahu Akbar Wa Lillahi Alhamd

http://www.webislam.com/?idt=17159


lunes, 6 de septiembre de 2010

Zakat al-Fitr


Ramadan es un mes sagrado y por tanto está lleno de grandes bendiciones. Constituye un verdadero signo de la sabiduría de Allah. El Aid al Fitr tenemos una verdadera oportunidad de purificarnos mediante Zakat al Fitr (el azaque de Ramadan)

Zakat habitualmente se traduce como limosna (sadaqa) o impuesto, aunque es más bien el derecho que tienen los pobres sobre los que tienen más que ellos. Pues porque toda provisión viene de Allah, el que tiene debe ser generoso, pues Allah es generoso y nos da en abundancia. El pago del azaque es obligatorio en dos ocasiones: una vez al año y al final de Ramadan.

El zakat sirve para fortalecer los vínculos de hermandad entre la comunidad musulmana (umma). Observando el Zakat al Fitr nos purificamos y eliminamos vanidad y diferencias de nuestra comunidad.

Zakat al Fitr es obligatorio. Esto deriva de la legislación del Profeta. Ibn Umar nos cuenta que su pago se hizo obligatorio a todo musulmán a final de Ramadan. Abu Said al Judri narró que ellos solían dar Zakat al Fitr en cantidad de un saa (la medida de cuatro manos llenas) de pasas, dátiles, grano o queso, por cada hombre y mujer, libre o esclavo, joven o viejo. Seguir la legislación del Profeta es una observación obligatoria para los musulmanes, según se desprende del Corán:
Quien obedece al Enviado, obedece a Alá. Quien se aparta... Nosotros no te hemos mandado para que seas su custodio..... (Sagrado Corán, 4:80)
... si el Enviado os da algo, aceptadlo. Y, si os prohíbe algo, absteneos .... (Sagrado Corán, 59:7)

Así, cualquier musulmán o musulmana que pueda entregar cuatro saa de grano o alimentos (equivalentes a 2 kilos y cuatrocientos gramos) por uno mismo y los que de uno mismo dependen (por cada miembro de la familia), siempre que le quede provisión para él y los que de él dependen para un día y una noche, debe pagarlo. No hay que pagar por los no natos, en el caso de la mujer embarazada. En general, los ulemas acuerdan que no debería entregarse dinero, pues la tradición o sunna del Profeta indica que siempre se trató de alimentos, y esto pertenece a la herencia cultural islámica.

El azaque de Ramadan no es solamente un acto de caridad, sino que tiene otras enseñanzas: es un derecho de los más pobres, que no se ven así obligados a pedir limosna en la ocasión feliz de la festividad del Aid. Además, ayuda al ayunante a purificar cualquier falta cometida durante Ramadan. También es una expresión de agradecimiento a Allah por ayudar al creyente a pasar otro Ramadan. En un hadiz compilado por Abu Dawud se cuenta que Ibn Abbas dijo: "El Profeta ha impuesto la obligación del Zakat al Fitr como purificación de los errores y faltas, y para proveer a los pobres. Quien lo da antes de la oración del Aid se le acepta como Zakat, pero quien lo da después, es sólo caridad, como cualquier otra limosna".

Se recomienda entregar alimentos que puedan almacenarse: arroz, harina, dátiles, pasas, etc. Como este Zakat tiene un propósito determinado, debe entregarse en un momento determinado, y es antes de la salat de Aid al Fitr, pues dijo el Profeta que se les diese y se les enriqueciese para que ese día no estuvieran necesitados o pidiesen. En otro hadiz, Ibn Umar dijo que quien dé el azaque antes de la Salat del Aid, le será aceptada, pero si se da después, será simplemente una limosna ordinaria. Así pues debe ser entregado y distribuido antes de la azalá de Aid al Fitr.

Hay que tener presente el propósito de Zakat al Fitr y el día del Aid, y que todos los musulmanes, ricos y pobres, han ayunado durante el mes de Ramadan buscando la misericordia de Allah. Por tanto, el día de la fiesta, es justo y conveniente que todos los musulmanes tengan alimentos para comer para que las diferencias en riqueza queden a un lado. Dar alimentos es también un medio más personal y vecinal de ayuda, que fortalece los lazos sociales entre los musulmanes. Así, los musulmanes tenemos que estar activamente involucrados en nuestras relaciones, y preocupados por el bienestar de nuestros hermanos, como dice Allah en el Corán:

Pero los creyentes y las creyentes son amigos unos de otros. Ordenan lo que está bien y prohíben lo que está mal. Hacen la azalá, dan el azaque y obedecen a Alá y a Su Enviado. De ésos se apiadará Alá. Alá es poderoso, sabio. (Sagrado Corán, 9:71)

Quien entrega el azaque está agradeciendo a Allah su munificencia y la concesión del éxito en el ayuno y las oraciones nocturnas. El musulmán concluye el ayuno buscando la baraka, la bendición, y la recompensa del azaque. Igualmente, se les provee a los más necesitados para que no sufran necesidad ese día del Aid, que es una alegría de la Generosidad de Allah.

El azaque debe ser entregado en el lugar donde se encuentre el musulmán, fuera en casa o de viaje. Si no conocemos ningún necesitado, podemos nombrar a alguien que entregue nuestro azaque en nuestro nombre a las personas que lo necesiten en el país donde se encuentren. Los que reciben el azaque deben ser musulmanes necesitados o endeudados. Debe entregárseles el azaque en consideración a sus necesidades; y de acuerdo con el hadiz de Ibn Umar que narró que dijo el Profeta: "Que sea suficiente para este día...", el azaque puede repartirse a más de una persona necesitada o entregarlo todo a la misma.

Allah nos ha impuesto el amor por nuestros hermanos musulmanes y que nos ayudemos y nos preocupemos los unos por los otros espiritual, física y materialmente. Debemos tomarnos el tiempo necesario para comprometernos con nuestra comunidad, encontrar a los que estén necesitados y ayudarles según la sunna del Mensajero de Allah. Está prohibido envidiar a aquellos a quienes Allah ha otorgado ciertos favores, y no hay ninguna vergüenza en ser pobre en este mundo. Lo único importante para Allah es nuestra piedad y nuestra rectitud. Si Allah quiere, él nos concederá fuerza y energía para estar unidos durante este mes y para compartir con los demás este Aid. Que Allah nos de su misericordia y sus bendiciones y nos guíe hacia el Camino Recto.


domingo, 5 de septiembre de 2010

Lailatul-Qadr


El Lailatul-Qadr es la noche más bendita. La persona que la pierde ha perdido una gran cantidad de bienes. Si un musulmán es celoso en obedecer a su Señor y aumentar los hechos buenos en su registro, debe esforzarse por encontrar esta noche y pasarla en el recuerdo Allah y obediencia. Si lo consigue, todas sus faltas anteriores se anularán.

Realizar el Qiyaam

Se recomienda hacer qiyaam durante las noches en que podía ser Lailatul-Qadr. Esto se indica en muchos hadices. Abu Dharr cuenta: "Nosotros ayunamos con el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) en Ramadán. Él no nos llevó (el qiyaam) hasta que quedaron siete noches de Ramadán. Entonces él permaneció esa primera noche con nosotros en qiyaam hasta que una tercera parte de la noche hubo pasado. No hizo salat con nosotros en la sexta noche. En la quinta noche, lo hizo hasta que la mitad de la noche había pasado. Así que nosotros dijimos, "¡Mensajero de Allah! ¿no harás salat con nosotros la noche entera?" Él contestó: "Todo aquel que permanezca haciendo salat con el iman hasta que éste acabe, tendrá el mismo valor que si hubiese pasado la noche entera en salat." (Citado por Ibn Abi Shaybah, Abu Dawud, At-Tirmithi, An-Nasa'i, Ibn Majah, At-Tahawi).

Abu Hurayrah (r.a.a.) narró que el Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: "Todo aquel que permanezca en qiyaam en Lailatul-Qadr con Imán (facultad del corazón de intuir a Allah y abandonarse a Él) y con la esperanza de la recompensa de Allah, tendrá todas sus faltas anteriores borradas."

Hacer súplica

También se recomendaba hacer súplica extensa en esta noche. A'ishah (radiallahu anha) contaba que ella le preguntó al Mensajero de Allah: "Oh Mensajero de Allah! Si supiera qué noche es Lailatul-Qadr, qué debería decir durante ella? " Ý él le contestó que dijera:

¡Allahumma innaka 'afuwwun tuh-ibbul 'afwa fa 'fu 'anni" (Oh Allah! Tu perdonas, y amas el perdón. Así que perdóname." (Narrado por Ahmed, Ibn Majah, y At-Tirmithi.

Abandonar los placeres mundanos por la practica de la Ibada.

Se recomienda pasar más tiempo en salat durante las noches en que es probable que sea Lailatul-Qadr. Esto requiere abandonar los placeres mundanos para asegurarse que el tiempo y los pensamientos se dirigen solamente a Allah. A'ishah (radiallahu anha) informó: "Durante los últimos diez días, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) reforzó su izaar (es decir, se apartó de sus esposas para tener más tiempo para la practica del Din), pasaba la noche entera despierto (en salat), y despertaba a su familia."

También dijo: "El Mensajero de Allah pasaba más tiempo en salat en los últimos diez días que en cualquiera de las otras noches."

jueves, 2 de septiembre de 2010

Diez días y noches bendecidos



Una lista de cosas que se pueden hacer para sacar el máximo provecho de las últimas diez noches y días de Ramadán.

Para los musulmanes, el mes de Ramadán es una oportunidad sin igual. Existe un gran número de versos del Corán y hadices auténticos que dan testimonio de este hecho. ‘Abdul-lah ibn ‘Amer ibn Al ‘As reportó que el mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “El ayuno y el Corán son dos intercesores para los siervos de Al-lah en el Día de la Resurrección. El ayuno dirá: ‘Oh, Señor, yo lo privé de su comida y sus deseos durante el día. Déjame interceder por él’. El Corán dirá: ‘Yo lo privé de dormir durante la noche. Déjame interceder por él’. Y sus intercesiones serán aceptadas”. [Ahmad] Qué gran recompensa.

No es de extrañar entonces que veamos la mezquita –durante este mes– llena de gente, algunos de ellos no van a la mezquita sino solamente para el Salatul Yumu’ah, e incluso otros que nunca van. Todos ellos van a la mezquita, la Casa de Al-lah, buscando esas grandes recompensas, esperando fortalecer sus lazos con Él y cambiar para mejor.

Esta motivación llega a la cima durante los últimos diez días del mes. En esos días y noches los musulmanes hacen todo lo que pueden para ofrecer a Al-lah lo mejor de su adoración, buenas acciones y carácter. Ellos hacen esto rememorando al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quien solía esforzarse en la devoción durante las últimas diez noches más que en ningún otro tiempo. [Muslim]

Ellos también hacen esto esperando realizar el Qiam de Lailatul Qader o la Noche del Destino, la noche descrita en el Corán como (lo que se interpreta en español): {… mejor que mil meses.} [Corán 97:3] Abu Hurairah narró que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “A quien rece durante la noche del Qader con fe y esperando su recompensa, le serán perdonados todos sus pecados previos”. [Bujari y Muslim]

He aquí algunas cosas que uno puede hacer durante esas noches y días para sacar el máximo provecho de ellos:

Toma una vacación
Nos tomamos un descanso del trabajo por muchas razones en la vida. Esta vez, tómate una semana de vacación para dedicarte a la adoración. Haz esto para que puedas concentrarte en desarrollar una conexión con tu Creador. Si esto no es posible, toma un par de días y agrégales el fin de semana. Esto hará que permanecer despierto durante la noche sea más fácil, para hacer ‘Ibadah adicional, sin tener que preocuparse por tener que trabajar al día siguiente. Y, lo más importante, esto te dará la oportunidad de revivir la Sunnah del ‘Itikaf (retiro espiritual en la mezquita).

Haz ‘Itikaf
Era una práctica del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, pasar estas últimas diez noches y días benditos en la mezquita para hacer ‘Itikaf.

Cuando estés hacienda ‘Itikaf, ocupa tu tiempo haciendo varias formas de Dhiker (mención de los Nombres de Al-lah), realizar el Salah, recitar y estudiar el Corán. Recuerda que cuando estés en ‘Itikaf, no debes abandonar la mezquita (para salir afuera) excepto en caso de necesidad. Puedes dormir, comer y descansar en la mezquita. Eres un invitado en la Casa de Al-lah. Durante el Salah del Qiamul Lail haz frecuentemente el Du’a que se menciona a continuación: ‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, dijo: “Le pregunté al Mensajero de Al-lah: ‘Oh, Mensajero de Al-lah, si supiera cuál es la noche del Qader, ¿qué debo decir durante ella?’ Él dijo: ‘Di: Oh Al-lah, Tú Eres Perdonador y Amas perdonar, entonces Perdóname’”. [Ahmad, Ibn Mayah y At-Tirmidhi] En árabe dice así: “Al-lahumma innaka ‘afuwun tuhibbul ‘afwa fa’fu ‘anni”.

Recita el Corán
Ramadán es el mes del Corán, por lo tanto, pasa esos días recitándolo. Si conoces las reglas del Taywid o has asistido a clases donde se enseña la recitación del Corán, este es un gran momento para poner tu conocimiento en práctica. Recita lentamente, reflexiona y medita sobre el significado de los versos que lees. Luego piensa profundamente sobre cómo puede esto afectarte a un nivel personal.

Permanece más tiempo en Qiamul Lail

Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “A quien permanezca (en Qiam) en Lailatul Qader por fe y esperando (la recompensa de Al-lah), le serán perdonados todos sus pecados anteriores”. [Bujari y Muslim]

Por lo tanto, tómate tu tiempo, no hagas el Salah simplemente usando las Suras más cortas que hayas memorizado. Extiende el tiempo del Salah recitando Suras largas. Realiza una recitación y oración profundas y significativas. Si estas familiarizado con las Suras largas, lee la traducción y la explicación y luego realiza el Salah recitando con entendimiento mientras rezas. Incluso si sólo estás familiarizado con las Suras más cortas, lee la traducción y la explicación de antemano, y luego reza reflexionando sobre el mensaje de las Suras. Esta es una buena forma de desarrollar el hábito de concentración, incluso después que Ramadán se haya terminado, cuando muchos de nosotros tendemos a perder la costumbre de realizar la oración o nos vemos fácilmente distraídos.

Realiza Du’as extensos
El Du’a es una forma de adoración, y es nuestra forma de pedir a nuestro Señor todo lo que necesitamos y deseamos que sucedan en este mundo y en el otro. Piensa en lo que realmente quieres de Al-lah y haz una lista de deseos de todo, sin importar cuán pequeños o cuán grandes estos sean. Al-lah, Glorificado sea, Ama escucharnos y que le pidamos cosas mediante Du’a. Y recuerda que después que le pides a Al-lah esas cosas, debes pensar en qué acciones debes realizar para conseguirlas, y estar seguro de desarrollar un plan para alcanzar lo que quieres en el futuro.

Cuando hagas Du’a, siempre recuerda que lo que sea que pidas para otros sin que ellos lo sepan, Al-lah te dará lo mismo. Por lo tanto, haz buenos Du’as para otros. Especialmente durante Ramadán, haz Du’a por la Ummah y por los musulmanes que están sufriendo en todas partes. Debemos recordar que uno de los mejores tiempos para hacer esto es la última parte de la noche.

Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, relató que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Cuando falta el último tercio de la noche, nuestro Señor, el Glorioso, desciende al cielo de la tierra y Proclama: ‘¿Quién es aquel que suplica por Mí, y Yo le Concedo su súplica? ¿Quién es aquél que me pide (algo) y Yo se lo Concedo? Y, ¿quién es aquel que busca Mi perdón y Yo lo perdono?’” [Bujari y Muslim]

Fácilmente podemos lograr eso, por ejemplo, al despertarnos una hora antes del tiempo del Suhur.

Haz el Du’a que quieras, pero existen Du’a especiales y Sunnah que pueden ser usados en diferentes ocasiones y por diferentes necesidades, y será bueno para nosotros conocerlos y memorizarlos. Una forma de hacer esto durante estos diez días y noches es memorizar un par de diferentes Du’as en árabe cada día o noche. No tienen que ser largos. Y debes estar seguro de saber lo que significan, por lo menos de forma general, aunque no conozcas la traducción exacta. O escríbelas en un pedazo de papel para que puedas leerlas en cualquier momento, también puedes tenerlo en tus manos mientras estés realizando la oración del Qiam para leer de allí.

Pasa tiempo con tu familia y amigos
Si has estado rompiendo tu ayuno los días de semana en el trabajo, solo, comiendo un par de dátiles, durante los primeros veinte días de Ramadán, ahora son los últimos días que tendrás este Ramadán para pasar con tu familia y amigos. Úsalos sabiamente.

Lleva a tu familia al Tarawih. Si tu esposa y tus niños se pierden el Tarawih la mayor parte de Ramadán porque tú no estás para llevarlos a la mezquita, la cual queda demasiado lejos para ir caminando, entonces haz todo lo posible por reponer todo lo que se han perdido, vayan al Tarawih juntos estas últimas diez noches.

Permanece hasta el Du’a final del Corán
Casi en toda mezquita donde el Imam tiene como objetivo terminar de leer el Corán en el Tarawih, se completará su recitación en estos últimos diez días. Ellos tratarán de terminar en una de las noches impares y harán un Du’a al final de la lectura. Asiste al Tarawih en esta noche en particular con tu familia.

Termina de leer una Sirah (Biografía del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam)
Lee sobre la vida del Profeta, sallallahu ‘alaihi ea sallam, lo cual puede profundizar tu amor por él y por el Islam al ver lo mucho que él se esforzó por la causa de Al-lah. Esto podría inspirarte para esforzarte aún más durante estas últimas diez noches.

Autoevaluación
No cabe duda de que Lailatul Qader es una grandiosa noche para usarla en la autoevaluación, sin apartarte de la adoración. In sha Al-lah estarás en un estado más profundo de meditación. Reflexiona acerca de dónde te encuentras con respecto a dónde quieres estar en tu relación con tu Señor. Establece lo que tienes que hacer al respecto y pide ayuda a Al-lah. Haz un plan para llevar a cabo y comiénzalo antes de Ramadán. Que Al-lah Facilite las cosas para ti.