viernes, 5 de noviembre de 2010
El Islam enseña el amor por los animales
En un reciente paseo de compras, se me ocurrió pasar por una tienda de mascotas, donde un mono grande en una jaula pequeña afuera de la entrada rompió mi corazón. Salí de la tienda con lágrimas en los ojos, profundamente entristecido por lo que había visto. Pobres y desamparados animales prisioneros en diminutas jaulas, sin siquiera el espacio suficiente para voltearse; sus tristes y suplicantes ojos me siguieron, mientras luchaba con el impulso de liberarlos, seguro de que nadie sería capaz de explicar por qué crimen ellos habían sido encarcelados en tal inhumano y antinatural ‘hábitat’. Me pregunté si el dueño de la tienda alguna vez habría pensado a cerca de si le hubiese gustado ser aprisionado, en la misma forma como él había capturado pájaros y los había puesto en pequeñas jaulas. Tal vez sólo un colega amante de los animales podría entender realmente lo que sentí aquel día. La importancia de la bondad con los animales es algo que cada musulmán debe entender como parte de su forma de vida.
Este es un asunto tan importante, que uno puede ganar el Paraíso o el Infierno a causa de su trato hacia los animales. El maltrato a los animales es considerado un pecado mayor en el Islam, como se explica en el famoso libro ‘Los pecados mayores’ del Imán Muhammad ibn ‘Abdul Wahhab, que Al-lah le dé Su perdón. Ciertamente, un musulmán es responsable por su trato hacia los animales, porque un animal maltratado testificará en contra de quien abusó de él el Día del Juicio Final. El Islam prohíbe marcar con hierro caliente a los animales y matarlos en vano, como por deporte. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, prohibió a la gente capturar pájaros, quemar hormigueros y flagelar animales. Incluso, cuando se sacrifican animales para comer, el Islam exige que el sacrificio sea realizado de acuerdo con los procedimientos islámicos establecidos, los cuales son humanitarios y reducen el sufrimiento. Como los representantes de Al-lah en la tierra, los seres humanos tienen una responsabilidad hacia cada criatura viva.
Al dejar la tienda de mascotas aquel día, me sentí como un traidor sabiendo que aquellos animales tienen sentimientos tan reales como los de los humanos. Me fui dejando a aquellas criaturas, mis semejantes, en su estado de prisión. Afuera de la tienda, di un paso fuera de la acera para empezar a cruzar la calle, cuando justo a mis pies estaba un gatito diminuto recién nacido, perfectamente posicionado para que un carro del parqueadero lo arrollara. Me quedé parado allí bloqueando el paso a los desesperados conductores que exigían el espacio para parquear, mientras le hacía señales con la mano al trabajador de la tienda de mascotas; pensé que seguramente él era alguien que cuidaba y gustaba de los animales. Él salió, miró al animal y replicó: “No es nuestro”, y volvió a entrar a la tienda. Estuve parado allí por quince minutos hasta que pude conseguir algo con qué alzar al gatito para llevarlo a un lugar seguro. Las lágrimas corrían por mi rostro y me preguntaba: “¿Dónde está la gente de la Sunnah? (la tradición del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam)”. ¿Acaso Al-lah Ha arrancado la misericordia de los corazones de las personas para hacerlos tan fríos como para que no tengan ni una pizca de simpatía para una de las hermosas criaturas de Al-lah, a pesar de que lo vean que está tan desprotegido y lastimero? Me acordé de Abu Hurayrah, que Al-lah esté complacido con él, un compañero cercano del Noble Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien narró más Hadices (dichos del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam) que ningún otro compañero. Él era conocido por ser muy compasivo y amoroso con los animales. Aunque su nombre era ‘Abdur-Rahman, era conocido como ‘Abu Hurayrah’ (el padre de la gatita) porque tenía una gatita pequeña a la que alimentaba, cuidaba y llevaba consigo a donde él iba.
Los gatos en el Islam:
El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, enseñó a los musulmanes a tener misericordia hacia toda la creación de Al-lah. Existen muchos reportes de su aprecio por los gatos; lo cual dio como resultado su aceptación histórica entre los musulmanes. Los gatos eran muy comunes entre la gente en el tiempo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y él dijo: “Ellos (los gatos) no son impuros y pueden mezclarse con vosotros”. El gato es un animal tan limpio que, de acuerdo con narraciones auténticas, uno puede realizar la ablución para rezar con la misma agua de la que bebió un gato. Incluso, es conocido que algunas personas hoy en día se oponen a la tradición del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, realizando malvadas prácticas de tortura y envenenamiento a los gatos. ¿Acaso piensan que Al-lah no los Castigará por eso? Ciertamente el castigo de Al-lah por tales actos es severo, si tenemos en cuenta el Hadiz del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, por Al Bujari y Muslim respecto a una mujer que encerró a un gato, negándose a alimentarlo y no lo liberó para que pudiera alimentarse por sí mismo. El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo que como castigo ella sería introducida en el Infierno.
Los perros en el Islam:
Lastimosamente, hoy en día no existe un animal doméstico más maltratado que el perro. El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “La purificación de un recipiente que haya sido lamido por un perro (para ser usado por los humanos) se realiza lavándolo siete veces, la primera vez debe ser lavado con tierra” [Muslim]. Un musulmán no debe mantener a un perro dentro de su casa, ya que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos informó que los ángeles no entran en la casa donde hay un perro [Al Bujari y Muslim]. ¿Esto significa que los perros deben ser despreciados o maltratados? Ciertamente no. Sólo porque no se puede tener al perro dentro de la casa, no significa que hay que descuidarlo o abandonarlo, maltratarlo o matarlo. La utilidad de esta criatura de Al-lah es indiscutible. Ningún otro animal puede competir con él en su lealtad, sus habilidades como guardián y su talento como cazador.
De hecho, en la sura titulado ‘La cueva’, el Corán revela la historia de unos jóvenes que tenían fe y confianza en Al-lah, quienes se refugiaron en una cueva de la persecución y violencia de los incrédulos de sus días. Esa gente virtuosa traía un perro con ellos, y el hecho de que Al-lah Menciona el perro y lo Cuenta entre ellos, indica que está permitido que los perros vivan entre las personas.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Habrías creído que estaban despiertos, pero estaban dormidos. Les volteábamos hacia la derecha y hacia la izquierda, y su perro estaba con las patas delanteras extendidas en la entrada} [Corán 18:18].
Así, los perros pueden ser usados como guardianes y también como cazadores, como el Sagrado Corán también lo afirma; pues, Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Te preguntan qué es lícito [comer]. Di: Se os ha permitido todo lo beneficioso. Podéis comer lo que hayan atrapado para vosotros los animales de presa que habéis adiestrado para la caza, tal como Al-lah os Ha enseñado. Y mencionad el nombre de Al-lah [cuando les deis la orden de cazar], y temed a Al-lah; Al-lah Es Rápido en ajustar cuentas}[Corán 5:4].
En dos relatos separados de Abu Hurayrah, que Al-lah esté complacido con él, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, habló a sus Compañeros de las virtudes de salvarle la vida a un perro dándole agua y saciando su sed. Uno de los relatos se refiere a un hombre que fue bendecido por Al-lah por darle agua a un perro sediento; el otro se refiere a una prostituta que llenó su zapato con agua y se le dio a un perro, que tenía la lengua afuera de tanta sed. Por esta acción ella fue agraciada con la máxima recompensa: el Paraíso eterno, por donde corren los ríos, para vivir allí por siempre [Muslim].
Permítanos reflexionar sobre esto y tomar cuidado de nuestros deberes hacia las criaturas de Al-lah, las cuales Él Ha puesto en la tierra para nuestro uso y no para nuestro abuso. Cuando le preguntaron al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, si Al-lah Recompensa los actos de caridad hacia los animales, él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respondió: “Sí, existe recompensa para los actos de caridad hacia toda criatura viva”. Debemos temer a Al-lah con respecto a Sus criaturas para que no ganemos Su ira. Debemos apoyar y amar a los animales, sabiendo que Al-lah, Exaltado Sea, Considera tales acciones realizadas por Su causa como dignas de la recompensa del Paraíso.
Resumido de: The Peninsula
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