domingo, 27 de febrero de 2011

Donde la paciencia es mencionada en el Corán


Donde la paciencia es mencionada en el Corán

Fuente: Herramientas para la paciencia y provisiones para el agradecimiento.

Por: el Sheik ul-Islam Ibn Qayim Al-Yawziyah.

Traducido (del árabe al inglés) por: Abas Abu Yahya.

Tomado de: www.al-athariyyah. com

Traducido (del inglés al español) por: Musa Abdullah Reyes.

Para: www.islammexico. net.


El Imám Ahmad (رحمه الله) dijo: “Alláh (سبحا نه و تعالى) menciona la Sabr (paciencia) en el Corán en 90 lugares”.

Y nosotros mencionaremos los diferentes tipos de aleyas donde la Sabr (paciencia) es mencionada, y la Sabr es de varios tipos:

1) La orden de tener paciencia: como en Su dicho:
“Y soporten pacientemente, porque su paciencia no es sino de Alláh”[1].

“Así que esperen pacientemente la orden de su Señor”[2].

2) La prohibición de aquello se opone a la paciencia. Como en Su dicho:

“Y no estén en apuros acerca de ellos (los incrédulos)”[3].

Y Su dicho:

“Así que no se debiliten, no estén tristes”[4].

Y Su dicho:

“Y no sean como los Compañeros del pescado”[5].

Y en breve tener paciencia (en quedarse lejos) de todo lo que Él ha prohibido, desde que ello se opone a la paciencia, la cual Él nos ha ordenado tener.

3) Aunar el éxito s la paciencia. Como en Su dicho:
“¡Oh ustedes quienes creen! Soporten y sean más pacientes; y guarden su territorio estacionando unidades armadas permanentemente en los lugares desde donde el enemigo puede atacarlos, y teman a Alláh para que así puedan ser exitosos”[6.
Así que Él ató el éxito a todos los de estos asuntos juntos.

4) Notificación de que la recompensa es multiplicada para los pacientes, más que para la otra gente.
Como en Su dicho:
“A estos les será dada su recompensa doble; por aquello con lo que fueron pacientes”[7].

Y Su dicho:
“Solamente aquellos quienes son pacientes recibirán sus recompensas por completo, sin regateos”[8].

Sulayman Ibn al-Qasim dijo:

“La recompensa para cada acción es conocida, excepto la recompensa por la paciencia. Alláh (سبحا نه و تعالى)) dijo: “Solamente aquellos quienes son pacientes recibirán sus recompensas por completo sin regateo”[9]. Luego Sulayman dijo: “como una pesada caída de lluvia”.

5) Ligar la paciencia con el liderazgo en el Dinn y con tener Yaqin (certeza). Alláh (سبحا نه و تعالى)) dijo:
“Y Nosotros hicimos de entre ellos (los niños de Israel) líderes, dando la guía bajo Nuestra Orden, cuando ellos eran pacientes y acostumbraban creer en Nuestra Aleya”[10].

Así que con paciencia y certeza, el liderazgo es logrado en la Religión.

6) Alláh los hace victoriosos, porque Alláh (سبحا نه و تعالى)) está con ellos. Él (سبحا نه و تعالى)) dijo:
“Seguramente Alláh está con aquellos quienes son pacientes”[11].

martes, 8 de febrero de 2011

Rumbo a Gaza tienen todo mi apoyo!

 Video promocional de Rumbo a Gaza......


Rumbo a Gaza es una iniciativa nacida desde la sociedad civil que tiene por objetivo el conocer la realidad cotidiana que la población de Gaza vive en primera persona. Para ello nos marcamos el objetivo de conseguir 2 barcos que puedan albergar a 200 personas y 2.000 toneladas de ayuda humanitaria, que será entregada a la UNRWA a nuestra llegada a Gaza para que gestione su distribución. Entre las personas que ya se han comprometido a acompañarnos en esta travesía se encuentran actores, periodistas, escritores, músicos, sindicalistas y activistas sociales que con su presencia, se comprometen a denunciar la insostenible situación a la que está sometida la población de la franja de Gaza.
¿Como participar?
Sin duda alguna “Rumbo a Gaza” necesita de todos los apoyos que pueda encontrar. La idea inicial es comprar dos barcos que puedan salir de un puerto español con destino a Gaza. Para alcanzar este objetivo es necesario el compromiso de un sector amplio de la sociedad, que a través de donaciones, lo hagan posible. Para hacer estas donaciones se ha habilitado un numero de cuenta, BIC/SWIFT: CLPEES2M – IBAN: ES17 – CCC3035 0395 16 3950002133, en el cual hacer los ingresos con el concepto apoyo Campaña Rumbo a Gaza.
También se habilitarán diferentes tipos de “bonos de apoyo” para colaborar en la compra del material que pretendemos llevar a los barcos y que en breve se colocaran en esta pagina web. Desde el mes de octubre y hasta el mes de mayo de 2011 se desarrollaran diferentes campañas y actividades con el objetivo de apoyar a la población palestina y a su vez, la campaña Rumbo a Gaza. Todas estas campañas de sensibilización y las actividades puntuales que se programen serán difundidas en esta web. También se puede participar de manera mas activa integrándose o apoyando a los grupos de trabajo que se han formado en las diferentes ciudades y con los que a través del e-mail colabora@rumboagaza.org puedes contactar.
Para más información: info@rumboagaza.org.

martes, 1 de febrero de 2011

¿Cómo les digo a mis familiares que me hice musulmán?


Con frecuencia, este es un caso que se debe tratar con sumo cuidado. No podemos ofrecer ninguna instrucción precisa, pues la forma como trates con tu familia este tema depende de varios factores: tu edad, tu comunidad, tu relación con tu familia, tus experiencias religiosas previas...

Es tal vez lo más difícil que te toque hacer como musulmán nuevo. Para mucha gente es una posibilidad de que se abran viejas heridas, un riesgo de lastimar los sentimientos de ambos lados y una amenaza de destrozar las relaciones familiares.
Para otros no es así, pues ellos saben que serán aceptados por sus padres, hermanos y demás familiares de forma incondicional. Ma Sha Al-lah.
Para los adolescentes mi consejo será distinto del que doy a los adultos independientes y hasta casados. In Sha Al-lah nos ocuparemos primero del caso de los jóvenes que aún viven con sus padres.

Consejos para los adolescentes
Con frecuencia, este es un caso que se debe tratar con sumo cuidado. No podemos ofrecer ninguna instrucción precisa, pues la forma como trates con tu familia este tema depende de varios factores: tu edad, tu comunidad, tu relación con tu familia, tus experiencias religiosas previas, el compromiso o ausencia de compromiso de tus padres para con una religión específica y su voluntad de explorar ideas nuevas.
Aunque parezca una idea extraña, lo han dicho antes otros hermanos islamizados y lo digo ahora yo mismo: mayormente conviene esperar 6 meses, o hasta un año, para contarles. Los motivos para esto varían: necesitas tener mayor firmeza en la práctica del Islam, necesitas hacer amigos y crearte un “sistema de apoyo” entre los miembros de la comunidad musulmana.
Esto es por si tus padres reaccionan a tu islamización tratando de “desprogramarte” o concertando “una cita” con el pastor, sacerdote o rabino local. Así podrás apoyarte en tu conocimiento del Corán y la fuerza que te da el ser ya un musulmán practicante.
Darte el tiempo para crear un “sistema de asistencia y apoyo” dentro de la comunidad musulmana es importante, pues así tendrás amigos para ayudarte y guiarte, para ayudarte a responder a las dudas o preocupaciones que pueda tener tu familia y que te ayuden a mudarte en caso de que tus padres decidan que no puedes más vivir en su casa. Si temes que tu familia reaccione con abuso físico o con un intento de “secuestro y desprogramación” (sí, ¡sucede!), asegúrate de tener a alguien allí como testigo y apoyo. Sin importar si eres musulmán o no, tienes el derecho de no ser maltratado. Si tu familia te maltrata, busca la ayuda necesaria para salir de tal situación lo más pronto posible.
Otro buen motivo para esperar un poco es para ayudar a tus padres a percatarse de los cambios positivos que el Islam genera en ti: mayor preocupación por la higiene y la apariencia personal, mayor disciplina en tus actividades diarias y tus tareas escolares, el hecho de no caer bajo presión en el alcoholismo, la drogadicción o la fornicación, tu mayor voluntad de servir a tus padres ayudando en casa, tu mayor compromiso en tu trabajo (si tienes uno), etc. Dales un tiempo para que se complazcan con estos cambios positivos, de manera que puedan ver que el Islam es beneficioso, no solo para ti sino para todos. Si ven que el Islam “es bueno para ti” ellos reaccionarán de forma más positiva cuando les hables del tema.

Para los adultos

Como un adulto, especialmente si eres independiente o estás casado, tus padres y familiares están al tanto de que estás facultado para tomar tus propias decisiones.
Algunos recién islamizados no se molestan por la forma en que puedan reaccionar sus padres por este motivo. Otros, sin embargo, consideran muy importante que sus familias respeten y acepten su decisión. Esto puede ser difícil, especialmente si hay niños o un yerno detestado de por medio.
Un adulto que elije ser musulmán debe tener en cuenta algunas de las mismas consideraciones que tiene el adolescente recién islamizado: ¿Cuál es tu relación con tu familia? ¿Cuál es su grado de compromiso con la religión o de ausencia del mismo? ¿Qué grado de compromiso tuviste con alguna religión anterior? ¿Qué tan abierta es tu familia a ideas nuevas? Para un adulto, estas consideraciones también incluyen: ¿Cómo se sienten tus padres acerca de tu pareja? ¿Tienen tus padres antecedentes de hacerte sentir obligado con ellos por favores que te hayan hecho desde que dejaste su casa? ¿Qué tan cercanos son tus padres a tus hijos, si los tienes?
Ya que no vives más con tus padres será más fácil que les des el tiempo y espacio suficientes para que puedan digerir tu anuncio. Asegúrate de explicarles enfáticamente que esto no te cambiará de forma radical y que tú deseas mucho mantener intacta tu relación con ellos.
Asegúrate de que ellos sigan teniendo acceso a sus nietos; pero, al mismo tiempo, déjales bien claro que no vas a tolerar que les enseñen otra cosa fuera del Islam ni que les den de comer cosas Haram (ilícitas) o que les hagan participar de celebraciones Haram.
En algunos casos es mejor que les comuniques tu islamización estando solos, así evitarás que le echen la culpa a tu esposo o esposa o lo agredan. Asegúrate que ellos sepan que tienen que tratar contigo directamente.
Tratando con tus hermanos y hermanas
Muchos tenemos por lo menos un hermano, y es importante tratar con cada hermano individualmente. Si eres aún adolescente, esto significa hablar con cada uno de tus hermanos mayores y menores y dejar que hagan las preguntas que deseen sobre ti. Hazles saber que aún eres la misma persona con la que solían discutir a quién le toca lavar los platos y que aún eres su hermano o hermana. Enfatiza el hecho de que aún los amas, en especial si son menores y muy jóvenes para entender por qué tú no vas más a la iglesia. Sobre todo, asegúrate de que estás actuando como un buen ejemplo, tanto para tus hermanos menores como para los mayores.
Si eres un adulto tienes muchas chances de que haya ciertos “asuntos” pendientes entre tú y tus hermanos y probablemente ni te hables con algunos. También hay más posibilidades de que estén viviendo todos en diferentes ciudades y estados. Cuando se trate de tus hermanos mayores es mejor escribirles una carta o hacerles una llamada telefónica donde puedas explicarles claramente tu decisión y responder a todas sus preguntas. Prepárate para algunos resentimientos que puedan aflorar, en especial los relacionados con incidentes de la infancia.
No les recrimines por sentirse dolidos, dales tiempo de superar cualquier incomodidad que puedan tener: esto puede ser algo más profundo que tu elección de ser musulmán. Asegúrales que sigues siendo el mismo hermano o hermana que gusta de comer tartas de queso o mirar juegos de fútbol.
Si no te tratas con alguno de tus hermanos es mejor que evites comunicarles tu decisión a todos juntos, hasta que puedan lograr un entendimiento mutuo como familia que son.

A todos los musulmanes nuevos
Lo más importante es que no permitas que te arrastren a un debate de “cristianismo vs. Islam” o “judaísmo vs. Islam” o “hinduismo vs. Islam” o cualquier otra clase de debate interreligioso con tus padres u otros familiares.
Sé de varios musulmanes nuevos cuyos padres o hermanos pertenecen a iglesias evangélicas militantes y que han sido acosados, tentados y condenados por ellos. NO LES PERMITAS ARRASTRARTE HACIA UN CONFLICTO RELIGIOSO DE NINGUNA MANERA.
Si alguno de tus familiares te juzga severamente (por ejemplo, que te diga: “¡Tú eres un adorador de Satanás y te irás al Infierno!”) ¡No le respondas de la misma forma! Si tu relación, aparte de esta diferencia religiosa, se puede salvar, entonces evita cualquier discusión religiosa hasta que todos tengan la voluntad de llevarla cabo en una forma más tolerante y civilizada.
La segunda sugerencia es que no permitas convertirte tú mismo en un evangelizador militante. Evita los intentos agresivos y continuos de convertir a los miembros de tu familia, pues esto no hará sino traer resentimiento y separación entre ustedes. El llamado al Islam debe ser un llamado gentil, y la mejor manera de hacer Da’wah a tu familia es que tú mismo te conviertas en un ejemplo vivo del Islam. Si se las acosa, las personas se hacen tremendamente tercas al ser confrontadas y no ceden ante nada. No provoques tú la tensión entre tú y tu familia.
Finalmente, no te dejes desmoralizar o entristecer por los comentarios antiislámicos o islamofóbicos que tus padres o familiares te puedan hacer. Muchos americanos saben del Islam sólo a través de los noticieros y películas como “No sin mi hija”. No dejes que te agredan con apodos como “terrorista” o “abusador de mujeres”, y no les respondas tú por tu lado acusándolos de “sionistas” o “hipócritas”, etc. En lugar de hacer esto, más bien trata de corregir gentilmente cualquier concepto errado que tengan del Islam y de los musulmanes. Si eres mujer, trata de explicarles asegurándoles que el Islam te da tus derechos y háblales de tu compromiso de usar la vestimenta islámica.
Si tienen sincera preocupación por tu seguridad como mujer musulmana, intenta conseguir una visita a la mezquita y una cita con el Imam o concertarles una reunión para tomar café con algunas otras hermanas musulmanas

martes, 11 de enero de 2011

BONDAD EN EL HOGAR



El Islam es una hermosa religión, llena de sabiduría y armonía. Si esta maravillosa religión es practicada adecuadamente, entonces un musulmán típico sería un gran ejemplo a seguir. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “El creyente que es más perfecto en la fe, es aquel que es el mejor en su carácter moral” (Muslim).


Propagando la bondad en el hogar:

‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, dijo: “Cuando Al-lah, el Todopoderoso, Desea algo bueno para las personas de una familia, Él Establece la bondad entre ellos” (Ahmad).

De acuerdo con otro reporte:“Cuando Al-lah Ama a las personas de una familia, Él Establece la bondad entre ellos” (Ibn Abu Ad-Dunya). En otras palabras, ellos empiezan a ser bondadosos unos con otros.

Este es uno de los significados de alcanzar la felicidad en el hogar, porque la benevolencia es muy beneficiosa entre los esposos y para con los hijos, y trae resultados que no podrían lograrse con dureza, como el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Al-lah Ama la bondad y Recompensa por ella de una manera que no Recompensa por la dureza ni por ninguna otra cosa” (Muslim).

Ayudar a la esposa con el trabajo del hogar:

Muchos hombres piensan que el trabajo de la casa es indigno para ellos, y algunos de ellos piensan que pueden socavar su estatus y posición si ayudan a sus esposas con este trabajo. Sin embargo, el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, “solía coser su propia ropa, componer sus propios zapatos, y hacer cualquier otro trabajo que los hombres hacen en sus casas” (Ahmad).

Así es como ‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, respondía cuando se le preguntaba acerca de lo que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, solía hacer en su casa; ella describía lo que veía por sí misma. De acuerdo con otro reporte, ella dijo: “Él era como ningún otro ser humano; él lavaba sus ropas, ordeñaba sus ovejas y se servía él mismo” (Ahmad).

Ella, que Al-lah esté complacido con ella, también dijo: “Él (el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam) solía servir a su familia; luego, cuando llegaba el tiempo de la oración, él salía para rezar” (Al Bujari).

Si los hombres musulmanes actuaran de la misma manera hoy en día, lograrían tres cosas:

1. Estarían siguiendo el ejemplo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
2. Estarían ayudando a sus esposas.
3. Se sentirían más humildes y con los pies sobre la tierra.


Estas narraciones nos deben hacer recordar a aquellos hombres que exigen a sus esposas que la comida esté lista inmediatamente, cuando la olla está en la estufa y el bebé está llorando porque quiere ser alimentado; ellos no atienden al niño ni son capaces de esperar pacientemente mientras está lista la comida.

Ser afectuoso con los miembros de la familia y jugar con ellos:

Mostrar afecto hacia la esposa y los hijos es uno de los factores que lleva a crear una atmósfera de felicidad y compañerismo en la familia. Así, el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, aconsejó a Yabir, que Al-lah esté complacido con él, que se casara con una virgen, diciendo: “¿Por qué no te casas con una virgen? Así podrás jugar con ella y ella jugará contigo, y tú la harás reir y ella te hará reir a ti” (Al Bujari y Muslim).

El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, también dijo: “Todo sobre lo que no es mencionado el nombre de Al-lah es ociosidad y juego, excepto en cuatro cosas: un hombre jugando con su esposa” (An-Nasa’i).

El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, solía tratar a su esposa ‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, afectuosamente cuando realizaba Al Gusl (el baño ritual) con ella, como ella dijo: “El Mensajero de Al-lah y yo solíamos realizar Al Gusl juntos de una misma vasija, y él en broma pretendía tomar todo el agua para sí, y yo decía: ‘deja algo para mí, deja algo para mí” (Muslim).

Las formas en las que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mostraba afecto hacia los niños pequeños, es demasiado famosa para ser mencionada. Él, a menudo solía mostrar su afecto hacia sus nietos Hasan y Husayn. Esta es probablemente una de las razones del por qué los niños se alegraban cuando él llegaba de viaje; ellos se apresuraban a darle la bienvenida, como se reporta en la siguiente narración auténtica: “Cuando él llegaba de un viaje, los niños de su casa salían para encontrarlo. Él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, los abrazaba cariñosamente, como ‘Abdul-lah ibn Ya‘far, que Al-lah esté complacido con él, dijo: ‘Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, volvía de un viaje, nosotros salíamos a recibirlo (a los límites de Medina). Un día lo recibimos Hasan, Husayn y yo. Él cargó a uno de nosotros delante de él (sobre su animal), y a otro detrás hasta que entramos a Medina” (Muslim).(Al Bujari y Muslim).

Compare esto con la situación de algunos hogares miserables, donde no existen juegos o bromas, afecto o misericordia entre sus miembros. Quien quiera que piense que besar a sus hijos va en contra de la dignidad de la paternidad, debe leer la siguiente narración de Abu Hurayrah, que Al-lah esté complacido con él, quien dijo: “El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, besó a Al Hasan ibn ‘Ali, y Al Aqra‘ ibn Habis At-Tamimi estaba sentado con él. Al Aqra‘ dijo: Tengo diez hijos y nunca he besado a ninguno de ellos’. El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo miró y dijo: “Aquel que no muestra misericordia, no se le mostrará misericordia”



FUENTES: sacado del perfil de la hermana Jannat al Firdaws

sábado, 8 de enero de 2011

DERECHOS DE LOS ANIMALES




Los animales y mascotas deben mantenerse bien alimentados, cuidadas correctamente y tratadas con bondad. Se ha reportado que el Mensajero de (s.a.w.) dijo:

" Una mujer mereció el fuego del infierno porque encerró a un gato hasta que murió. La mujer no le dio de comer ni le ofreció agua para beber- tampoco lo dejaba salir para que se alimentara por sí mismo" (83)

Los animales de carga no deben ser sobrecargados de tal manera que no puedan llevar la carga. Los animales no deben ser torturados, lastimados ni golpeados por ninguna razón. Se ha reportado que el Mensajero de (s.a.w.) dijo:

"Dios maldice a una persona que quema un animal para marcarlo o tatuarlo" (84)

El Islam prohíbe a las personas utilizar un animal como blanco vivo. Fue reportado por que Ibn Omar pasó junto a un grupo de jóvenes de Quraish que se encontraban disparándole a un ave. Entones les dijo:
"Que Dios maldiga a la persona que utiliza un ave como blanco" Y les relató que el mensajero de Dios (s.a.w.) dijo:

"Que Dios maldiga a la persona que utiliza a un ser vivo como blanco" (85)

El Islam también prohíbe abusar o dañar animales que no serán para consumo tal como fue mencionado en el dicho, narrado por Ibn Mas´ud:

" Viajábamos en compañía del Mensajer de Dios (s.a.w.) ël se alejó para atender el llamado de la naturaleza. Mientras estuvo lejos, vimos una pájara con sus dos pichones. Tomamos los pichones y la madre comenzó a sobrevolar por encima de nosotros. Cuando el mensajero de Dios (s.a.w.) regresó vio lo que habíamos hecho y preguntó:

" Quien haya agitado a esta ave quitándole sus pichones, ¡ devuélvalos de inmediato!. Al mismo tiempo, vio una colonia de hormigas que habíamos quemado y dijo: "¿ Quién quemó esto?" Le dijimos: Fuimos nosotros. Él dijo: " Ciertamente, nadie debe atormentar con fuego excepto el Señor del Fuego" (86)

Además , el Islam ordena tener misericordia a la hora de degollar animales para consumo. No está permitido afilar el cuchillo delante del animal que se matará ni en presencia de otros animales, como tampoco degollarlos con una hoja desafilada. Tampoco está permitido matarlos quebrantándoles el pescuezo, golpeándolos, electrocutándolos, ni comenzar a despellejarlos antes de que estén totalmente muertos. Dijo el Profeta (s.a.w.):

" Ciertamente Dios les ordena que sean bondadosos en todo acto. Si degüellan ( para consumo), háganlo de buena manera: afilen su cuchillo y hagan del sacrificio un proceso fácil y rápido" (87)

Al mismo tiempo, el Islam ordena matar a aquellos animales y/ o insectos peligrosos para proteger alos seres humanos del peligro de estos anilames, puesto que la vida del hombrees sagrada a la vista de Dios, los derechos de los seres humanos lo son aún más. Dios nos dice en el Sagrado Corán :

" Por cierto que hemos honrado a los hijos de Adan, y les hemos facilitado los medios para transitar por la tierra y por el mar; les hemos proveído de cosas buenas y los hemos preferido por encima de otras muchas criaturas" (17:70)

Nosólo ordena este trato justo y bondadoso para proteger a los animales de toda la crueldad, sino que también sirve de expiación d elos pecados cometidos, así coo se convierte en una razón para ser admitido en el Paraíso. El mensajero de Dios (s.a.w.) ha dicho:

" Mientras un hombre se encontraba en su camino, sufrió una terrible sed. Encontró un pozo de agua y descendió por él, bebió y volvió a subir. Al salir, vio un perro jadeando y lamiendo el polvo debido a la sed que lo atormentaba. El hombre pensó " este perro sufre la misma sed que yo sufría". Entonces bajó nuevamente al pozo, llenó su zapato con agua y sosteniendo el zapato en la boca, subió y le dio de beber al perro. Dios, alabado sea, lo elogió y aceptó su acción ( por este acto de compasión) y le perdonó sus pecados". Alguien le preguntó al profeta (s.a.w.) ¡Mensajero de Dios! ¿ Se nos recompensará por lo que hacemos por los animales? Él respondió :

" Sí, ciertamente. En toda alma viviente hay una recompensa" (88)




(83) Al- Bujari, Hadiz nº 5202 y Muslim, Hadiz nº 1661
(84)Al- Bujari, Hadiz nº 2236 y Muslim Hadiz nº 2110
(85) Al- Bujari, Hadiz nº 5196 y Muslim Hadiz nº 1958
(86) Abu Dawud, Hadiz nº 5268
(87) Muslim Hadiz nº 1955

viernes, 7 de enero de 2011

¿Las Mujeres Musulmanas están Oprimidas?


Entre los muchos temas de interés para los no musulmanes, la situación de las mujeres musulmanas y el tema de sus derechos - o más bien, la aparente falta de ellos parece ser más importante. La imagen de la mujer musulmana retratada por los medios, por lo general destacando su opresión mkisterio parece contribuir a esta percepción negativa.

La razón principal de esto es que la gente a menudo no distingue entre la cultura y la religión - dos cosas que son completamente diferentes. De hecho, el Islam condena la opresión de cualquier tipo, ya sea hacia una mujer o la humanidad en general.

El Quran es el libro sagrado de los musulmanes que viven. Este libro fue revelado hace 1400 años con un hombre llamado Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, que más tarde se convertiría en el profeta, la paz y las bendiciones sean con él. Catorce siglos han pasado y este libro no ha cambiado desde entonces, ni una letra ha sido alterada.

En el capítulo 33, titulado Sura Al-Ahzaab (Los clanes), versículo 59, Allah Todopoderoso y Exaltado, Dice (lo que significa): "¡Oh, Profeta, dile a tus esposas y tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran  con (parte) sus prendas. Eso es más conveniente, para que se les conozca (como mujeres libres y respetables) y no sean abusadas. Y Allah es siempre indulgente, misericordioso ". [Corán 33:59]Este versículo muestra que el Islam hace necesario el uso del Hiyab. El Hiyab es la palabra que se usa para indicar algo que cubre, no sólo los pañuelos en la cabeza (como algunos pueden pensar), sino también usar ropa suelta y que no sean demasiado brillantes.

A veces, la gente ve a una mujer musulmana cubierta y piensan en esto como una forma de opresión. Esto es erróneo, la mujer musulmana no está oprimida, de hecho, ella está liberada. Esto se debe a que ya no es valorada por algo material, como su belleza o la forma de su cuerpo. Ella obliga a otros a juzgarla por su inteligencia, la bondad, la honestidad y la personalidad. Por lo tanto, las personas la juzgan por lo que ella realmente es.


Cuando las mujeres musulmanas cubren su cabello y usan ropa suelta, están obedeciendo a su Señor que les ha ordenado ser modestas, y no a las costumbres culturales o sociales. De hecho, las monjas cristianas cubren su cabello por modestia, pero nadie las considera oprimidas. Siguiendo la orden de Allah, las mujeres musulmanas están haciendo exactamente lo mismo.

Las vidas de las personas que respondieron al Quran han cambiado drásticamente. Tuvo un tremendo impacto en muchas personas, especialmente mujeres, ya que esta fue la primera vez que las almas de los hombres y las mujeres fueron declarados iguales - con las mismas obligaciones, así como las mismas recompensas.

Fue el Islam, que por primera vez en la historia, concedió independencia económica a las mujeres. El dinero que traen consigo al contraer matrimonio es de ellas, así como el dinero que ganan. En el Islam, a las mujeres se les permite elegir a sus propios maridos y, en casos extremos, pedir el divorcio. Una mujer tiene el derecho a la educación, al contrario de lo que el mundo moderno podría pensar. La responsabilidad es de la persona a cargo de su crianza.

El Islam es una religión que tiene a la mujer en alta estima. Hace mucho tiempo, cuando los bebés varones nacían, causaba una gran alegría a la familia. El nacimiento de una niña era recibida con menos alegría y mucho menos entusiasmo. A veces, las niñas eran odiadas tanto que eran enterradas vivas. El Islam siempre ha estado en contra de esta discriminación irracional contra las niñas y el infanticidio femenino.

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, dijo: "Buscar el conocimiento es obligatorio para todos los musulmanes (hombres y mujeres)."Hombres y mujeres tienen la capacidad para el aprendizaje y la comprensión. Puesto que es también su obligación el promover el buen comportamiento y condenar el mal comportamiento en todas las esferas de la vida, las mujeres musulmanas deben adquirir la educación apropiada para llevar a cabo esta tarea de conformidad con sus propios talentos naturales e intereses.

Mientras que el mantenimiento de sus casas, la prestación de apoyo al marido y, dar a luz, criar y enseñar a los niños se encuentran entre los primeros roles y altamente reconocidos para una mujer, si tiene los conocimientos necesarios para trabajar fuera de casa por el bien de la comunidad, puede hacerlo. Sin embargo, esto sólo se permite siempre y cuando las obligaciones para con su familia cumplan, y siempre y cuando cumpla con el código islámico de vestimenta y conducta, sin mezclarse con los hombres en el lugar de trabajo.

El Islam reconoce y fomenta las diferencias naturales entre hombres y mujeres a pesar de su igualdad. Algunos tipos de trabajo son más adecuados para los hombres y otros para las mujeres. Esta diferenciación no disminuye en absoluto el esfuerzo o el beneficio de un sexo sobre el otro. Dios recompensará a ambos géneros por igual por el valor de su trabajo, aunque no necesariamente en la misma esfera de actividad.

Los dos grandes papeles de la mujer desempeña en la vida son la de una esposa y una madre. El Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, dijo una vez a un grupo de compañeros:

En cuanto a la maternidad, el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, dijo: "El cielo se encuentra bajo los pies de las madres."Esto implica que el éxito de una sociedad se puede remontar a las madres que la ha criado. La primera y mayor influencia sobre una persona proviene de la sensación de seguridad, afecto y la formación recibida de la madre. Por lo tanto, una mujer que tiene hijos debe ser educada y consciente con el fin de ser una madre hábil.

Un hombre vino al Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, y le preguntó: "¿Quién de entre mis parientes es digno de mi buena compañía" El Profeta "la paz y las bendiciones sean con él, respondió:" Tu madre", tres veces antes de decir:" Tu padre ".Esto indica el impacto que una madre tiene en la vida de una persona. Así que las mujeres son muy honradas en esta gran religión.

El Islam es una religión que trata bien a las mujeres. A la mujer musulmana se le dio un papel, deberes y derechos hace 1400 años que la mayoría de las mujeres no gozan aún hoy en día en Occidente. Estos derechos son de Dios y están destinados a mantener un equilibrio en la sociedad; lo que puede parecer injusto o ausente en un lugar es compensado o explicado en otra parte.

"Lo mejores de entre vosotros son aquellos que son los mejores con sus esposas."Esto demuestra que el Islam anima a tratar muy bien a las esposas. Se debe mostrar amor, respeto y cuidado. Para fomentar el amor y la seguridad que viene con el matrimonio, las esposas musulmanas tienen distintos derechos. El primero de los derechos de la mujer es recibir la dote, un regalo del esposo, que forma parte del contrato matrimonial y es necesario para la legalidad del matrimonio.

El segundo derecho de una mujer es la manutención. A pesar de toda la riqueza que pueda tener, su marido tiene la obligación de proporcionarle alimentos, vivienda y ropa. Él no está obligado, sin embargo, a gastar más allá de su capacidad y su esposa no tiene derecho a hacer demandas poco razonables

lunes, 3 de enero de 2011

oracion del eclipse solar o lunar


Salat al Kusuf 

Oración del Eclipse Solar o Lunar.


Aisha radia Allah anha narró: “El sol se eclipsó durante la vida del Mensajero de Allah salla Allah aleihi wa salam entonces envió a una anunciante que gritara: As-Salat-u-Yamia (salat en congregación), entonces él se puso de pie y oró dos Raka’ats con cuatro Ruku’ y cuatro Saydah cada una”. Bujari.


También narró Aisha radia Allah anha


“El sol se eclipsó en vida del Mensajero de Allah salla Allah aleihi wa salam , y entonces el Mensajero de Allah salla Allah aleihi wa salam rezó dirigiendo a la gente y se levantó permaneciendo mucho tiempo de pie (en qiyam), luego se inclinó permaneciendo un largo tiempo en Ruku, luego se levantó y estuvo de pie (en qiyan) por un largo tiempo, pero menos que el primer qiyam, luego se inclinó e hizo un largo Ruku, aunque menos extenso que el primero, luego se postró e hizo una larga postración; luego hizo en la segunda Rakaa lo mismo que había hecho en la primera y luego finalizó el Salat y el sol se había ya despejado; entonces se dirigió a la gente y alabó a Allah y lo glorificó y dijo:


“El sólo y la luna son dos de los signos de Allah, no se eclipsan por la muerte de nadie ni por su vida y cuando veáis esto, rogad a Allah y haced Takbir (decid: Allahu Akbar) y hacer Salat y dad Sadaqa (dádivas y limosnas); luego dijo: Comunidad de Muhammad ¡Por Allah que no hay nadie más celoso que Allah de que Su siervo fornique o lo haga Su sierva. Comunidad de Muhammad! Por Allah que si supierais lo que yó sé reiríais poco y lloraríais mucho. ¿No os he acaso trasnmitido el Mensaje?.

Narrado por Bujari en estas palabras y por Muslim en una versión sintetizada.


Libro los Pilares del Islam y el Iman. Pag. 140 y ss. Muhammad Ibn Yamil Zino. Dar al Hadiz al Jairiyah.


Salat al Kusuf, Oración del Eclipse Solar o Lunar


Narró Mugirá ibn Shu’ba*: Hubo un eclipse de sol en la epoca del Profeta salla Allah aleihi wa salam cuando murió su hijo, entonces la gente dijo: “el eclipse de sol es a causa de la muerte de Ibrahim*. “Entonces el Mensajero de Allah sws dijo: “ El sol y la luna son signos de Allah subhana wa ta'ala; no se eclipsan por la muerte ni por el nacimiento de nadie**. Cuando veáis estos fenómenos glorificad y rogad a Allah y rezad hasta que finalice el eclipse”. Bujari y Muslim. En la versión de Bujari dice: “ hasta que aclare”.


En la versión de Bujari relató Abu Bakra radia Allah anhu“ … rezad y rogad a Allah hasta que culmine aquellos que os acaeció” ***


* Su madre era Mariam, una esclava egipcia que fuera enviada como regalo al Profeta sws por el Gobernador de Egipto al Muqawqis. El Profeta sws la liberó y se casó con ella. Su hijo Ibrahim nació en el mes de Jumada al Ula del año noveno de la Hégira y murió el 29 de Shawal del año 11 de la Hégira, a la edad de 18 meses.


**Durante el periodo pagano preislámico la gente creía que los eclipses sucedían a causa del nacimiento o muerte de personas eminentes.


*** La oración del Eclipse es Sunna establecida. Consiste en dos Raka’ats, cada una de las tiene dos Ruku.


Narró Aisha radia Allah anha. : El Mensajero de Allah salla Allah aleihi wa salam recitó en voz alta durante la oración del eclipse, y rezó dos Raka’ats inclinándose y prosternándose cuatro veces”. Bujari y Muslim. En otra versión de Muslim “… envió a un pregonero a anunciar: ¡acudid a la oración en congregación!''.


Narró ibn Abbas r.a: El sol se eclipsó en tiempo del Mensajero de Allah salla Allah aleihi wa salam y rezó prolongando mucho la posición de pie tanto como lo que toma recitar Surat al Baqaráh, luego hizo una inclinación prolongada; luego se levantó, y prolongo la posición de pie pero menos que la primera vez; luego hizo una inclinación prolongada pero más corta que la primera, luego se prosternó; luego se levantó prolongando la posición de pie pero menos que la primera; luego hizo una inclinación prolongada, pero menos que la primera; luego se levantó; luego se prosterno; y luego la culminó, y el sol ya estaba brillando nuevamente. Luego pronunció un sermón”* Bujari Y Muslim.


* Este hadit establece que luego de la finalización de la oración del eclipse es Sunnah hacer una disertación para exhortar a las personas a obrar piadosamente y apartarse de los pecados.


Bulug al Maram. Pag. 149 y ss.

Al Hafi ibn Hayar al Asqalani.
Ibn Ismail as-San’ani.

domingo, 2 de enero de 2011

Nada te turbe, y perdona a quienes te han tratado injustamente



Nada te turbe, y perdona a quienes te han tratado injustamente


El precio del rencor y de los celos es enorme; es el precio que la persona vengativa paga a cambio de su malicia hacia los demás. Lo paga con su corazón, su carne y su sangre. Pierde su paz, tranquilidad y felicidad porque el resentimiento que tiene con los demás. En definitiva, él mismo es el único perdedor.

Los celos, el enojo y el rencor son enfermedades para las cuales Allah (Enaltecido y exaltado sea) tiene el remedio y la cura:


“Controlan su cólera y perdonan a los hombres, sepan que Allah ama a los benefactores.” (Corán 3:134)


“Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante.” (Corán 7:199)


“Si eres maltratado responde con una buena actitud [sabiendo disculpar], y entonces verás que aquel con quien tenías una enemistad se convertirá en tu amigo ferviente.” (Corán 41:34)

domingo, 26 de diciembre de 2010

¿Puedo decir << SAW >> en vez de "sala Allâho 3alayhi wa salam" ?




Los musulmanes están obligados a enviar rezos de Allâh [1] y el saludo [2] sobre Mohammad (sala Allâho 3alayhi wa salam) cuando su nombre es mencionado. Allâh nos lo ordena diciendo [3] :

" Allah y sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle vosotros también y saludadle como se debe!"

Y el mensajero de Allâh (sala Allâho 3alayhi wa salam) dijo:

<< Cada vez que alguien ruega por mi, Allâh escribe para él diez recompensas por ello. >>

Y el profeta (sala Allâho 3alayhi wa salam) a descrito de quien no ruega sobre el cuando es mencionado como << los más racanos de la gente. >> [5] y dijo << Amin! >> A la invocación de Jibril (3alayhi assalam) : << Que Allâh rechaze de quien entiende que se te menciona y no ruega por ti ! >>

De esta manera, aquí la pregunta que debe ser aclarada : Numerosas personas emplean la abreviacion << SAW >> o << PBDSL >> para realizar esta obligación en sus escritos.
¿Es algo que cumple la obligación de enviar rezos y el saludo sobre el mensajero (sala Allâho 3alayhi wa salam)?
Veamos algunas palabras de sabios en cuanto a esta práctica:

'Abdol-Qadir Al Maghribi dijo : << En cuanto a SAD-LAM- AYN-MIM (son las letras en árabe de abreviaciones S, L,A,M), parece que esto fue inventado en el noveno siglo de la hegira. En la explicación de Alfiyyah de Al Iraqi, un libro de las ciencias de Hadith, el autor dice : << Las abreviaciones deben ser evitadas, tambien la neglicencia de ello. >> Significa que es necesario quedar lejos de los símbolos y no abreviar al escribir algunas de sus letras, mas bien debe emplear sala Allâho 3alayhi wa salam enteramente en su discurso y sus escritos.

El autor, chaykh Zakariya Al Ansari, mencionó a continuación que el Imam An-nawawi informó que hay un consenso sobre la obligación de enviar los rezos sobre el profeta (sala Allâho 3alayhi wa salam) en el discurso como en el escrito. Entonces no es parte de la Sonna de emplear los simbolos o abreviaciones por reemplazamiento.

Luego, Chaikh Al Ansari dijo que el primero en haber empleado un simbolo para eso, su mano fue cortada y el refugio es buscado ante Allâh... >> [7]

Ibn Hajar Al-Haythami dijo : << La palabra << SAD-LAM-AYN-MIM >> no es permitida. Se nos pide enviarle rezos y saludos. >> [8]

Al- Fayruza-Abadi dijo : << No es apropiado emplear los simbolos o las abreviaciones para designar el rezo y el saludo, como algunos perezosos hacen, de la misma manera que algunos ignorantes y algunos estudiantes de la ciencia - ellos escriben SAD-LAM-AYN-MIM en vez de sala Allâho 3alayhi wa salam >> [9]

Ahmad Shakir dijo : << Es la tradición absurda de algunas generaciones posteriores de abreviar la escritura de sala Allâho 3alayhi wa salam. >> [10]

Y Allâh es el mas sabio. Que los rezos y saludos de Allâh sean sobre nuestro Mensajero, su familia y sus compañeros.








Notas a pie de la página
[1] Rogar sobre el profeta (sala Allâho 3alayhi wa salam) significa que donde se le invoca Allâh le elogia y menciona su alto rango a los angeles. Ver Jalal Al-Afham (p.253) De Ibn Al-Qayyim, Fathul-Bari (11/179-197) De Ibn Hajr, o tafsir de Ibn Kathir del versiculo 33:56
[2] Saludos : seguridad
[3] Sentido de la sora Al ahzab : 56
[4] Hadith autentico informado por Ibn Hibban en su Sahih (*906, 3/187) sobre la autoridad de Abu Hurayra (radiya Allâho 3anho). Chaykh Al Albani lo declaro sahih en Silsilatu al Ahadith As-Sahiha (*3359, 7/1080).
[5] hadith hassan informado por Ibn Abi Ad-Dunya en As-Salah Ala An-Nabi (p.30-31) sobre la autoridad de Abu Darr (radiya Allâho 3anho). Hamdi As-Salafi lo declaro hassan en su verificacion del libro.
[6] hadith autentico reportado por At-Tabarani en Al-Mu'jam Al Kabir sobre la autoridad de Jabir ibn Samura (radiya Allâho 3anho). Chaikh Al-Albani lo autentifico en su verificacion At-Targhib wat-Tarhib de Al Munthiri (*1677, 2/298).
[7] Mu'jam Al-Manahi Al-Lafdhiya (p.188-189)
[8] Al-Fatawa Al-Hadithiya (p.168)
[9] De su libro As-Salatu wal-Bushr, como fue citado en Mu'jam Al-Manahi Al-Lafdhiya (p.351)
[10] Musnad de l’imam Ahmad (*5088, 9/105)

Articulo sacado de http://www.bakkah.net
Traducido por Omm abdo tawwaab

sábado, 25 de diciembre de 2010

Normas sobre hacer súplicas en otras lenguas además del árabe durante la oración canónica




¿Podemos hacer súplicas en otras lenguas además del árabe durante la oración (salah), después del tasháhhud, como las súplicas en la Tradición? ¿Podemos rezar otras súplicas del Corán que no son Tradición (sunnah)?
 Alabado sea Allah
 En primer lugar, si el orante puede decir bien su súplica en árabe, no es permisible que la realice en otro idioma.
 Pero si el orante no es capaz de hacer su súplica en árabe, no hay razón por la que no deba hacerla en su propio idioma, en tanto comience a aprender el árabe mientras tanto.
 Con respecto a hacer una súplica en otros idiomas además del árabe fuera de la oración canónica, no hay nada de malo en eso, especialmente si eso hará que el orante se concentre mejor en su súplica.
 El Shéij al-Islam Ibn Taimíyah dijo:
 "Es permisible realizar una súplica en árabe y en otros idiomas. Dios conoce la intención del creyente y lo que necesita, no importa qué idioma hable, porque Él oye todas las voces en todos los diferentes idiomas, pidiéndole por toda clase de necesidades".
 Maymu' al-Fatáwa, 22/488-489.
 Ver también las respuestas a las preguntas No. 3471 y 11588.
 En segundo lugar, no hay nada de malo con recitar súplicas mencionadas en el Sagrado Corán, aún si no hay ningún reporte de que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) las haya recitado en sus súplicas. Todas son buenas y contienen guía para el creyente. La mayoría de las súplicas de los profetas y mensajeros que conocemos son del Corán. Indudablemente, sus súplicas son las más elocuentes y profundas en significado.
 El shéij al-Islam Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
 "Los musulmanes deben hacer sus súplicas recitando las súplicas prescriptas que son mencionadas en el Corán y la Tradición Profética, porque éstas están indudablemente llenas de virtud y de beneficios, y este es el camino recto. Los eruditos del Islam y los imames han mencionado las súplicas que están prescriptas en el Islam, y descartaron las súplicas inventadas, por lo tanto nosotros debemos seguirlos en esto".
 Maymu' al-Fatáwa, 1/346-348.
 Y Allah sabe más.

Islam Q&A

martes, 7 de diciembre de 2010

El mes de Muharram

Existe una sabiduría manifiesta en la alternancia de los días y las noches, y en la sucesión de los meses y los años. Es nuestra responsabilidad el utilizar los días y las noches para realizar buenas acciones y diferenciarnos de aquellos que utilizan tu tiempo en hacer el mal hasta que les llega la muerte.
 
Al-lah nos Ha dado dos indicadores en el día y la noche: en el día está el sol, mientras que en la noche está la luna. Con la llegada de cada nuevo día, la vida se renueva y cada adorador reúne sus energías para practicar más actos de devoción. Esto es porque Al-lah Ha comparado el dormir por la noche con la muerte, y el despertar con la resurrección. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Él es Quien Toma vuestras almas de noche [cuando dormís] y os las Devuelve al despertar, y Sabe lo que hacéis [durante el día]. Así, hasta que se cumpla el plazo prefijado para vuestra muerte, luego volveréis a Él y os Informará de lo que hacíais.} [Corán 6:60]
 
Es una manifestación de la misericordia de Al-lah hacia sus adoradores que Él Haya hecho que el sol y la luna sigan con exactitud sus cursos determinados. Observando el sol la gente puede conocer las diferentes estaciones, y observando la luna la gente puede deducir el comienzo y el final de cada mes. Al-lah Ha dividido el año en 12 meses, como Dice en el Corán (lo que se interpreta en español): {Ciertamente que el número de meses para Al-lah es doce, porque así Él lo Decretó el día que Creó los cielos y la Tierra; de ellos, cuatro son sagrados [Muharram, Rayab, Dhul Qa‘dah y Dhul Hiyyah]. Así está establecido en la religión verdadera, no obréis pues en contra vuestra [desobedeciendo a Al-lah]…} [Corán 9:36] De los cuatro meses sagrados, tres son consecutivos Dhul Qa‘dah, Dhul Hiyyah y Muharram; el cuarto es Rayab, que está entre los meses de Yumada Al Ajirah y Sha’ban.
 
Un ejemplo de la sencillez de la religión de Al-lah es que el cálculo del comienzo y del final de cada mes islámico se basa en la observación de la luna. Por lo tanto, toda persona se informará fácilmente sobre cada nuevo mes sin importar si sabe leer o no. La llegada de un nuevo mes se conoce por la aparición de la luna creciente en el occidente después del ocaso; una vez que la luna creciente se manifiesta, un mes ha llegado a su fin y un nuevo mes comienza. Así, también sabemos que el día comienza en el ocaso y no en la media noche, porque el primer día del mes se maraca por el ocaso del último día del mes anterior.
 
El calendario islámico fue introducido por primera vez durante la era del Amir de los Creyentes, ‘Umar ibn Al Jattab, que Al-lah Esté complacido con él, 16 ó 17 años después de la Hégira o emigración del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. ‘Umar, que Al-lah Esté complacido con él, buscó el consejo de la gente sobre cuándo debía comenzar el calendario Hiyri. Algunos opinaron que debía comenzar desde el nacimiento del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam; mientras que otros pensaron que debía comenzar desde el primer día en que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, inició su misión. Otro grupo creía que el calendario debía comenzar desde la emigración, y un último grupo sostenía que debía comenzar desde la muerte del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam.
 
‘Umar, que Al-lah Esté complacido con él, estuvo de acuerdo con quienes deseaban que el calendario islámico comenzara con la Hiyrah del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, debido al hecho de que esto marcaba el punto en la historia cuando Al-lah Diferenció entre la verdad y la falsedad al Darle al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, poder real y autoridad, que se manifestaron en la forma del primer Estado Islámico.
 
Los compañeros también fueron consultados sobre en qué mes debía marcarse el comienzo del año. ‘Umar ibn Al Jattab y ‘Uzman ibn Affan, que Al-lah Esté complacido con ellos, escogieron Muharram debido a que es un mes sagrado y porque sigue al mes de Dhul Hiyyah, el mes en que los musulmanes realizan el Hayy o peregrinaje, el último pilar del Islam que Al-lah Ha Impuesto sobre los musulmanes. Muharram también sigue al mes en que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, les juró lealtad a los Ansar (sus seguidores de Medina) para emigrar a Medina, y este juramento de lealtad fue uno de los actos introductorios de la emigración. Debido a todas estas razones, Muharram fue considerado el mes más conveniente para marcar el inicio del calendario islámico.
 
Debemos estar agradecidos con Al-lah por tan sencillo método de cálculo. La Nación Islámica debe tener una identidad distintiva e independiente, derivada únicamente de la esencia del Islam. Es responsabilidad de la Nación Islámica el distinguirse de las otras naciones en cuanto a los valores morales, los modales y la forma de vida en general. Esta no puede ser una nación subordinada que tienda a imitar ciegamente a otras; esta clase de imitación ciega no trae ningún bien ni evita ningún mal. Por el contrario, podría hacer que la Nación Islámica se vuelva débil y dependiente de otras, lo cual causaría que olvidara sus glorias pasadas. Esta nación nunca será reformada excepto siguiendo la misma metodología que la reformó en el pasado.
 
Hemos aprendido que el día comienza en el ocaso, el mes comienza una vez que la luna creciente es avistada, y que el año comienza del día de la emigración del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Este es el método seguido por los musulmanes del pasado; los juristas registraron las fechas de acuerdo con este método en sus libros al tratar diferentes temas, tales como la época de pagar las deudas y otros asuntos similares.
 
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y un signo [que evidencia el poder divino] es la noche que le sucede al día, y quedan entonces a oscuras. Y el Sol orbita como le fue designado; ello es un decreto del Poderoso, Omnisciente. Y a la Luna le Decretamos sus fases, hasta que [va menguando y] parece una rama seca de palmera [luego entra en creciente otra vez]. No le es posible al Sol alterar su curso [apareciendo de noche] y así alcanzar a la Luna, ni la noche puede adelantarse al día; todos los astros circulan por sus órbitas.} [Corán 36:37-40]
 

viernes, 3 de diciembre de 2010

Por 20 centimos



Un nuevo Imam habia sido destinado a una Mezquita de los alrededores de Londres.

Para ir a la ciudad tomaba todos los dias el mismo autobus,

a menudo con el mismo conductor.

Un dia comprando el billete el conductor se equivoco y le dio de resto 20 céntimos de mas. El Imam se dio cuenta del error una vez sentado mientras contaba las monedas en su mano.

Se dijo a si mismo que debia devolver los 20 céntimos al conductor, pero a continuacion una voz en su interior le susurro que era una suma ridicula y que el conductor se reiria de él. Después de todo la empresa de transportes gana normalmente mucho dinero y 20 céntimos no afectarian a sus cuentas.

Se dijo que se los podria quedar y considerarlos como un regalo del cielo.

Llegado a su parada el Imam se levanto y en ese momento cambio de opinion.

Antes de bajarse del autobus se acerco al conductor y le devolvio los 20 céntimos diciéndole:

“ Me los ha dado de mas”.

El conductor sonrio y le respondio:

“Usted es el nuevo Imam de la Mezquita verdad?

De hecho hace tiempo que estoy pensando en ir a visitarla pues quiero conocer el Islam.

Le he dado el resto de mas intencionadamente,

para ver cual era su reaccion”.

Bajando del autobus el Imam sintio sus piernas flaquear.

Tuvo que apoyarse a un arbol para no caer,

y levantando sus ojos en lagrimas al cielo exclamo:

“ Oh Allah, he estado a punto de vender el Islam por 20 céntimos!!!"




Musulmanes, fuera de la tierra del Islam estais en el punto de mira. Sois embajadores del Islam.

Puede ser que vosotros seais la primera imagen concreta del Islam para muchos no musulmanes.

Debéis estar a la altura.

No deshonoréis la Umma de Mohammed (
Salla Allah alaihi wa sallam).

No olvidéis nunca que a través de vosotros se juzga el Islam.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

INFALIBLE CORAN




Un profesor habla a sus alumnos del Noble Corán y de como este sea incomparable a otros escritos humanos.

En efecto, Allah ha desafiado con él a los hombres y a los jinns, declarando que si el Corán no fuera la palabra de Allah hubieran encontrado en su interior numerosos errores.

A este punto uno de los estudiantes levanta la mano y el profesor le da la palabra.
El estudiante dice:
Si, ciertamente hay errores en el Corán
El Profesor:
Muy bien, ¿como cuál por ejemplo?
El estudiante:
En el Corán se dice, en la Sura 33 Al Ahzab, 4 (Los Coligados):
"Allah no puso dos corazones en el interior del hombre.”Esto es un error, habría sido mas correcto decir que Allah no puso dos corazones en el interior del ser humano, puesto que ningún ser humano tiene dos corazones en su interior, no solamente el hombre.

El silencio se adueñó del aula después de que el estudiante hablara...El profesor se quedó un momento pensativo y silencioso, reflexionando. ..Finalmente se dirigió a los estudiantes diciendo:Yo no veo ningún error, antes al contrario, el Corán se expresa con términos de absoluta precisión.El estudiante:
¿Y cómo es eso?El Profesor:

Verás, si el Corán hubiera dicho: “Allah no puso dos corazones en el interior del ser humano”, como tú has sugerido, entonces si que hubiéramos encontrado un error, pero el hecho de que el Corán diga:"Allah no puso dos corazones en el interior del hombre.”es la prueba de la precisión prodigiosa del Corán, puesto que la mujer en un determinado momento de su vida sí tiene dos corazones en su interior.Cuando la mujer está embarazada tiene dos corazones en su interior, el suyo y el de su bebé.

Pero el hombre nunca.

Por eso, para que esta afirmación sea siempre válida, es preciso que se hable solamente del hombre, y no de todo el género humano.Un prueba de que el Corán es de una precisión prodigiosa.Al Hamdoulillah que ha hecho que una crítica del Corán se convierta en una prueba de su infalibilidad.

domingo, 28 de noviembre de 2010

La ecología y los valores islámicos

Puedo comprender la frase “no beber el agua”, o incluso “no nadar, agua contaminada”. Pero, ¡¿“no tocar el agua”?!... Algo sobre ese letrero y la realidad que señalaba parecía profunda e irrevocablemente equivocado. El hecho de que este fuera el campamento más cercano a Disneylandia de alguna manera hacía la situación aún más escalofriante.
El recuerdo de ese campamento, vertedero de residuos tóxicos, quedó conmigo durante años. Gradualmente me di cuenta de que el lugar no era solo la imagen perfecta de un anti-campamento, sino que también era la imagen de un anti-Paraíso: un lugar donde el agua es demasiado sucia como para utilizarla para purificarse antes de la oración, y donde las plantas y demás criaturas son envenenadas y mueren. El Corán nos dice que el Paraíso prometido a los creyentes es un jardín con ríos que fluyen, está lleno de frutas y flores y cosas que crecen, ofreciendo un néctar mejor que el más fino vino de la tierra, y bellezas y placeres más allá de toda imaginación. A pesar de que nunca podremos crear tal perfecto Paraíso sobre la tierra, los arquitectos, planificadores territoriales y artistas musulmanes a veces han usado esta imagen como un modelo en sus esfuerzos de preservar y celebrar la belleza natural de la creación. ¿Por qué no? El Corán nos dice que toda la naturaleza es un signo de Al-lah, reflejando parte de Su misericordia y magnificencia.
De hecho, toda la naturaleza, desde el punto de vista islámico, está en estado de adoración continua. Los árboles y las hierbas, los peces y los animales, todos se están inclinando en una suave e invisible brisa que lleva su adoración hacia su Creador. Los seres humanos pueden aprender de este proceso y buscar la armonía con él para unirse a la creación en la adoración del Señor del universo. O bien, pueden rebelarse obstinadamente, creer que están aislados y son autosuficientes, e insistir en transgredir los límites que Al-lah Ha Establecido para ellos, hasta que llegue la hora del pago inevitable.
En contraste con el punto de vista occidental que ve a la naturaleza como salvaje, un caos que debe ser vencido mediante la conquista, el Islam insiste en que la naturaleza es respetada e invita a los seres humanos a aprender de ella y a unirse con ella en una coexistencia armoniosa.
La experiencia del campamento contaminado me despertó al hecho de que algo está muy mal con la forma de vida que produjo esta clase de lugar, y de que el Islam tiene la clave para comprender las causas y las soluciones de nuestro actual dilema medioambiental. Esto me convenció de que nosotros, los musulmanes, debemos poner el activismo islámico medioambiental en la cima de nuestra agenda personal y social. Nuestro planeta está en un estado de crisis medioambiental, y nosotros como musulmanes somos los guardianes de la última revelación de Al-lah, una revelación que le da a la humanidad el conocimiento y la inspiración que necesita para vivir en paz y armonía en esta vida y en la otra.
La solución coránica al problema del medioambiente es, en una palabra, holística e integral. Vivir una vida verdaderamente islámica implica evitar los males de la extravagancia y la locura del materialismo, buscar la armonía con lo que nos rodea y tener compasión por las demás criaturas.
Todo esto comienza, sin embargo, con la orientación correcta hacia la vida: la completa sumisión a Al-lah, el único Creador de todo; y esta sumisión debe estar marcada por el temor y la piedad, gratitud amorosa, paz interior, el esfuerzo por hacer el bien, y la conciencia permanente de que Al-lah Es más grande que cualquier aspecto de Su creación. La orientación coránica provee la llave para restablecer el balance perdido entre los seres humanos, la naturaleza y Quien Creó a ambos, es decir, Al-lah.
Los materialistas y ateos sostienen que nada es sagrado, lo cual implica que no existen límites para lo que los seres humanos puedan hacer con el fin satisfacer sus deseos materiales. La cultura materialista, como dijo una vez mi sabio profesor de humanidades, tienen dos características distintivas: un tremendo impulso para lograr más y más control sobre el mundo natural, y un similar impulso energético para reconstruir y perfeccionar la sociedad humana.
Los seres humanos como administradores y guardianes de la Tierra
El Islam enseña que nosotros somos sucesores y administradores de Al-lah sobre esta hermosa tierra, no prisioneros en un mundo defectuoso que necesita ser reconstruido radicalmente. Como sucesores, nuestra tarea es preservar y apreciar la belleza y lo bueno que encontramos en agradecida sumisión a su Creador. Todos los científicos de nuestro planeta son necesarios para una tarea más obvia y simple: cuidar el planeta que Al-lah nos Ha Dado y cuidar de nuestros congéneres humanos. Esto significa encontrar formas de vivir, y vivir bien, mientras se gasta mucho menos energía física y se producen mucho menos cambios molestos a nuestro medioambiente, que son tan comunes hoy en día. Esto significa encontrar formas de redistribuir la riqueza del planeta más equitativamente, en el ambiente de cero crecimiento económico o incluso crecimiento negativo, que seguramente experimentaremos en solo unos pocos años, cuando la producción de petróleo comience a disminuir.
“Al-lah no Ama a los derrochadores”
Entonces, “no derrochar” también es un mandamiento islámico. El Corán y la Sunnah dejan absolutamente claro que malgastar y derrochar es un asunto muy serio. Por ejemplo, Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {…y no derrochéis, porque Al-lah no Ama a los derrochadores.} [Corán 6:141] Y Dice (lo que se interpreta en español): {…Y comed y bebed con mesura, porque Al-lah no Ama a los inmoderados.} [Corán 7:31] {Ayuda a los parientes, también al pobre y al viajero insolvente, pero no des desmesuradamente, porque quienes se exceden son iguales a los demonios que siguen a Satanás; y por cierto que Satanás fue ingrato con su Señor.} [Corán 17:26-27] Aquí podemos ver que la raíz del despilfarro es la ingratitud: aquellos que responden a la maravillosa belleza y generosidad de Al-lah con gratitud y asombro, son felices con poco; mientras que los ingratos nunca están satisfechos, no importa cuánto tengan, por lo tanto se entregan a un interminable ciclo de consumo y despilfarro. Si la humanidad quiere sobrevivir debe cambiar su estado espiritual de ingratitud por uno de gratitud, y renunciar a su forma de vida derrochadora como ordena el Corán.
Cuidar el agua y la comida
Conjuntamente con esta enseñanza coránica, la Sunnah nos provee los mejores ejemplos sobre cómo vivir una vida en estado de gratitud y evitar el despilfarro. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, era famoso por su cuidado en conservar y evitar el derroche. Tenía cuidado de no desperdiciar una migaja de comida, lamiendo incluso los utensilios para que nada se desperdiciara. Él instruía a los creyentes a no gastar más agua de la necesaria cuando realizaban un acto de adoración como la ablución. Si debemos ser cuidadosos con no desperdiciar ni una gota de agua en nuestras abluciones, cuánto más necesario debe ser evitar su desperdicio en actividades menos importantes.
Lastimosamente, la forma de vida predominante entre las personas acomodadas de todas partes, especialmente en Occidente, está marcada por un increíble despilfarro y extravagancia. Comemos más de lo que necesitamos, compramos cosas que no necesitamos en realidad, desechamos cosas que todavía funcionan o pueden ser reparadas, compramos vehículos extra grandes para conducir distancias cortas, en lugar de caminar o ir en bicicleta; construimos casas más grandes de lo que necesitamos; gastamos enormes cantidades de agua para regar los céspedes y los campos de golf, etc. En los estados Unidos estamos presenciando el despliegue de extravagancia quizás más absurdo de toda la historia: la actual quema de combustibles fósiles a un ritmo que nos asegura que nuestra economía, nuestro medioambiente, o ambos, colapsarán en un futuro cercano (ver peakoil.com para más detalles). Esta desquiciada forma de vida, cuyos seductores placeres y comodidades disimulan su locura y su completa falta de sostenibilidad, no fue desarrollada por los musulmanes.

Para ser fieles a nuestra religión debemos cambiar nuestras costumbres y hacer un esfuerzo por conservar, educar y construir instituciones alternativas para mitigar y ayudar a hacer frente a la crisis económica y medioambiental que se avecina, preservar y fortalecer nuestras comunidades e instituciones islámicas, y pensar en cómo pueden ser útiles en la lucha para ayudar a la humanidad a ejercer una administración responsable sobre nuestro rincón de la creación.

http://www.islamweb.net/esp/index.php?page=articles&id=158106

martes, 16 de noviembre de 2010

Eid Mubarak


El décimo día del mes de Dhul-Hiyya se celebra la fiesta del sacrificio, el ‘eid al adha, el día más grande para los musulmanes. Ibn ‘Omar ha narrado lo siguiente: el Día del Nahr [día del sacrificio], el Mensajero de Al-lâh (saws) se levantó entre los reunidos durante el Hayy y dijo: “Este es el día más grande”. Luego empezó a repetir: “¡Oh Al-lâh! Sé testigo que he entregado Tu Mensaje”. Después se despidió de la gente, y estos se dieron cuenta de que era la peregrinación de despedida.
En este día bendito los cabeza de familia musulmanes sacrifican un cordero, el mismo que Ibrahîm (as) sacrificó en sustitución de su hijo Ismael (as). Así, cada musulmán se pone en la situación (en el maqam) de Ibrahîm y repite el gesto de la sustitución (badal). Comprender este gesto es comprender porque este es el día más importante en el islam, nos pone en la situación de devolver a ese día (a ese gesto) su sentido.
Y en este camino no podemos quedarnos cortos. La importancia del sacrificio es tal, que Sidna Muhámmad (saws) dijo: “Aquel que tenga los medios y no realice un sacrificio, no es uno de los nuestros”.
De entrada, la propia idea de una “fiesta del sacrificio” se nos presenta como una paradoja: ¿cómo puede un sacrificio, que evoca a la sangre y a la pérdida, ser considerado como una fiesta? Para todos aquellos educados en países donde aún está presente el cristianismo, la idea del sacrificio está asociada a la figura del “cristo en la cruz”, una imagen de sufrimiento insoportable, difícil de considerar como una “fiesta”. En el caso del islam, es justo lo contrario. El sacrificio es una sustitución, un acto por el cual celebramos la renuncia a toda mortificación morbosa, que nos abre a la aceptación consciente de los dones que Al-lâh nos ha entregado.
En la mitología sacrificial, la idea del sacrificio de uno mismo está asociado a la idea del premio: debemos renunciar a los bienes de “este mundo” (el dunia, lo mundano) para lograr los bienes del “otro mundo” (el âjira, la vida después de la vida). La relación entre el dunia y el âjira se da como inversión: los sufrimientos alcanzados en la tierra tienen como recompensa los deleites del Paraíso, pero a quien vive entregado a los deleites de este mundo se le dará a probar los tormentos del Infierno.
En el islam nos encontramos con un planteamiento diametralmente opuesto. La sustitución que Al-lâh realiza permite que Ibrahîm (as) disfrute de la paternidad, legitima el amor hacia la Creación de Al-lâh subhana wa ta’ala. Al matar el cordero, estamos celebrando la vida de Ismael (as), los dones de la vida. No se nos exige el sacrificio de lo más querido, sino que la conciencia de que todo está sujeto al Mandato de Al-lâh nos conduce a la celebración del sacrificio. Así, la muerte está unida a la consecución de un bien más grande para el hombre, en esta vida y en la otra.
El sacrificio que celebramos el 'eid al-adha es la culminación de una experiencia espiritual, que el Qur’án representa a través de la historia de Ibrahîm, aleihi salem. Una experiencia que trataremos de meditar ahora, con el permiso de Al-lâh. Lo que siguen son tan solo unas reflexiones personales, unas notas sobre una experiencia que difícilmente podemos abarcar, sino apenas podemos asomarnos con sumo respeto y reverencia.
1. Experiencia de la trascendencia
Existe un acontecimiento fundamental en la vida de Ibrahîm: su descubrimiento de Al-lâh como un principio Creador situado más allá de lo visible, una experiencia que lo lleva inmediatamente a cuestionar todo saber constituido y a enfrentarse a la idolatría de sus gentes. El Qur’án describe en los siguientes ayats el desvelamiento, el despertar del sentido de la trascendencia de Al-lâh en Ibrahîm:
Y, he ahí, que Ibrahîm habló a su padre Asar:
“¿Tomas acaso a los ídolos por dioses?
¡En verdad, veo que tú y tu gente estáis evidentemente extraviados!”
Y dimos a Ibrahîm visión del magnífico dominio sobre los cielos y la tierra
—para que fuera de los que poseen certeza interior.
Cuando se hizo sobre él la oscuridad de la noche,
vio una estrella; exclamó: “¡Este es mi Sustentador!”
—pero cuando se ocultó, dijo: “No amo lo que se desvanece.”
Luego, cuando vio salir a la luna, dijo:
“¡Este es mi Sustentador! —pero cuando se ocultó, dijo:
“¡Ciertamente, si mi Sustentador no me guía,
seré sin duda de los que se extravían!”
Luego, cuando vio salir al sol, dijo:
“¡Este es mi Sustentador! ¡Este es el más grande!”
—pero cuando este también se ocultó, exclamó:
“¡Pueblo mío! ¡Ciertamente, estoy lejos de atribuir,
como vosotros, divinidad a algo junto con Al-lâh!
Ciertamente, me he vuelto por entero a Aquel
que creó los cielos y la tierra, apartándome de toda falsedad;
y no soy de los que atribuyen divinidad a algo junto con Al-lâh.”
(Qur’án 6: 75-80)
En un primer momento, el Qur’án nos remite a la experiencia de la noche, donde el hombre está solo, completamente abocado a la tiniebla.
Fa lam maa janna ‘alayhi alayiu ra’a kawkabaa...
Y cuando cayó sobre él la oscuridad de la noche vio una estrella...
(Qur’án 6: 76)
Ibrahîm se ha apartado de la idolatría y ha hecho en si el vacío de imágenes: nada tiene ya sentido, todo lo extravía. Estamos perdidos en un laberinto de representaciones que se suceden sin sentido. Es esa experiencia la que lo conduce al más allá de lo visible, a una dimensión de la Realidad que escapa a los sentidos. Lo primero que aparece ante su mirada es una estrella, un punto de luz diminuto en la inmensidad negra de la noche. La mirada que surge de la noche ve las cosas con una claridad que sobrecoge. El deslumbramiento que le produce es tal, que la confunde con su Sustentador. En cierto sentido, es lógico que piense que su Señor es aquello que sobrevive a la oscuridad más absoluta.
Sin embargo, cuando Ibrahîm ve desvanecerse esta estrella dice:
Lâ ‘uhibbu al-‘afilîn.
“No amo lo que se desvanece.”
Esta sentencia sitúa el amor (hubb) como motor de su búsqueda. El amor es una fuerza que nos conduce a ir más allá de nosotros mismos, un impulso hacia “lo otro”.Este anhelo muestra que estamos incompletos, y por tanto somos presa fácil de todos los señuelos, de la fascinación de lo aparente. Somos presa fácil porque necesitamos de lo otro, estamos siempre proyectando nuestras carencias. En esta noche oscura, en este vacío de si mismo que siente el hombre se despiertan las ansias de conocimiento, de ir hacia lo desconocido. Ibrahîm se sitúa ante el firmamento como quien se sitúa ante un misterio, ante la presencia inefable de las cosas. Entonces el círculo luminoso de la luna lo deslumbra:
“¡Este es mi Sustentador!”
Pero la luna también se desvanece. Entonces invoca la guía de su Sustentador:
La ‘il-lam yah dinni Rabbi la ‘akuu nanna min al-qawmi adz-dzaaliim.
“¡Ciertamente, si mi Sustentador no me guía, seré sin duda de los que se extravían!”
Tras el amor, esta aleya nos ofrece una segunda clave. Ibrahîm comprende que la percepción humana es engañosa, que su visión exterior se halla limitada. Se da cuenta de que debe recibir una guía de esa misma Verdad que está buscando: es ella misma quien debe revelarse. Mientras esto no suceda, seguirá vagando de una cosa a otra, perdido en el mundo de las representaciones. Por eso cae de nuevo en el error cuando ve la magnificencia del sol:
Hadzaa Rabbi hadzaa ‘akbar.
“Este es mi Sustentador, este es el más grande”.
Tercer error, tercera clave: Ibrahîm busca lo más grande, algo que no se desvanezca. Mientras aparezca limitado por su percepción exterior, jamás encontrará aquello que es verdaderamente grande: al-Kabir, uno de los Nombres de Al-lâh. Solo cuando ve desvanecerse el propio sol (lo más grande en el mundo de las representaciones) se da cuenta de que su Sustentador se sitúa más allá de lo aparente. Con eso, se abre ante Ibrahîm una nueva dimensión (el malakût), que había permanecido oculta tras los velos del “reino de este mundo” (el mulk).
Ibrahîm se orienta a “lo más grande”, rompe con los límites de la percepción y descubre una inmensidad ilimitada. Se encuentra con algo cuya grandeza no es medible, no puede ser limitada en función de los sentidos engañosos. Si lo podemos medir, todavía no es lo más grande, sino algo que abarcamos con nuestra capacidad de medición. Necesitamos llegar a eso que está fuera de toda medición, a lo Infinito: solo entonces se rompen los límites de nuestra percepción y nos abrimos a lo oculto, a un mundo que nos abarca y sobrepasa. Este abismarse implica la ruptura del yo como medida de las cosas. Ante la inmensidad de lo creado todavía somos algo, pero uno mismo no es nada de nada ante lo Infinito.
Esa ruptura sobrecoge, en cierto sentido es una pérdida, pero también es un alivio. La duda se desvanece, se produce la certeza. Una pérdida de todas nuestras fantasías de ser y de dominio, una pérdida de referencias para el ego. Sin embargo, también es un alivio: superación de todas las obsesiones que nos tenían atrapados, de los ídolos que nos habíamos forjado. Quedamos en suspenso, en lo abierto, en las propias manos del Creador de los cielos y la tierra.
2. La “religión de los antepasados”
El Qur’án nos ha presentado a Ibrahîm como un hombre inquieto, a la búsqueda de una verdad sólida, de una certeza irrefutable. El primer instante de Ibrahîm pasa por poner en duda la religión de su padre. Tras ello se hace sobre él “la oscuridad de la noche”, referencia a la ausencia de creencia, al estado de zozobra en el que vive aquel que se atreve a preguntarse por el fundamento. La propia pregunta es el signo de un desconocimiento, pero el propio deseo de saber es el camino. Al reconocer que no sabemos nos estamos ya dirigiendo a Aquello superior a nuestras capacidades, estamos pidiendo que se produzca la revelación.
Este proceso interior le conduce directamente a enfrentarse con su pueblo. Cuando ve como se oculta el sol, la conciencia de su Sustentador lo impele inmediatamente a proclamar la incomparabilidad de Al-lâh:
Qawmi innii barii’ um-mimmaa tushrikuun.
‘Inni wa j-jahtu waj-hiya lil-ladzi
fatara samawaati wa al-‘ardza
hanii fan wa maa ‘ana min al-mushrikiin.
“¡Pueblo mío, estoy lejos de aquello que asociáis!
Ciertamente, dirijo mi rostro, como hanif,
a Aquel que ha hecho los cielos y la tierra;
y no soy de los asociadores.”
(Qur’án 6: 79-80)
Situado enfrente de los ídolos que veneran sus mayores, Ibrahîm se da cuenta de que estos no son más que estatuas huecas, signos de una religión que hace tiempo que ha perdido su valor, para quedar reducida a una costumbre. Todo lo empuja al enfrentamiento, a denunciar un culto vacío de sentido, que tiende a usurpar el contacto directo entre el Creador y las criaturas. Las aleyas en las cuales se dirige a sus gentes son las más numerosas de las que el Qur’án dedica a la historia de Ibrahîm:
Y, ciertamente, mucho antes [de Mûsa]
dimos a Ibrahîm su conciencia de la rectitud;
y éramos conscientes de él cuando les dijo a su padre y a su gente:
“¿Qué son esas imágenes de las que sois tan intensamente devotos?”
Respondieron: “Hallamos a nuestros antepasados adorándolas”.
Dijo: “¡En verdad, vosotros y vuestros antepasados
estáis evidentemente extraviados!”
(Qur’án 21: 51-54)
El estallido de Ibrahîm da cuenta de que el desvelamiento que se ha producido en él implica el alejamiento de las creencias de su entorno, de la “religión de los antepasados”, tema que se repite como un leitmotiv en la historia de todos los profetas, paz y bendiciones. No se puede codificar ni representar con elementos mundanos lo que es anterior y está por encima de todo lo mundano. De otro modo, lo único que hacemos es ponerle límites a lo ilimitado, con lo cual deja de ser ilimitado.
No asociar nada a Al-lâh: este es el modo negativo de explicar la trascendencia. ¿De qué otro modo podría Ibrahîm expresar su encuentro con lo inapresable? Decir inapresable —como decir ilimitado, incomparable o infinito— ya es calificar a Al-lâh de un modo negativo, mencionarlo por aquello que no es. Digamos lo que digamos de Él, Él es siempre más. Si decimos que es la Belleza, Él está más allá de la belleza terrestre, si decimos que es Misericordia, Él es la omni-misericordia: una misericordia que lo abarca todo a todas horas. Sea lo que sea, Él siempre nos desborda, pues precisamente en ello se cifra su eficacia, el seguir siendo un motivo de búsqueda incesante.
Más allá de la referencia concreta a unas estatuillas, hay que partir de este desvelamiento para comprender el mensaje de Ibrahîm. La experiencia de la trascendencia es el cara a cara entre el hombre y su Creador, que se torna en rechazo de la idolatría en el mundo de las criaturas. Ibrahîm ha dirigido su rostro hacia “otro lado”. Ciertamente, la entrada al Malakût nos aleja del Mulk, mostrando lo absurdo de asociar al Creador lo que pertenece al mundo de las criaturas: ¿cómo podría una criatura crearse a si misma?
Dijeron: “¡Pero hallamos que nuestros
antepasados hacían lo mismo!”
(Qur’án 26: 73)
Toda representación de Al-lâh es una usurpación. Confusión entre el mundo psíquico del hombre y el principio generador de la existencia. Si limitamos a Al-lâh en función de los procesos espirituales, estamos haciéndolo inoperante, incapaz de trascender esos procesos. Al situar a Al-lâh como anterior a todo, estamos invocando una fuerza anterior a todos los conflictos, una profundidad anterior a toda profundidad, una luz que está más allá de las tinieblas.
Oposición entre la religión como elemento cultural y la relación entre el hombre con el Todo. En el primer caso, la religión es una limitación y un signo de identidad, en el segundo es la superación del ego y de las barreras culturales para acceder a la Realidad en si misma. Pero las gentes se aferran a la religión de sus antepasados, aceptan dogmas y doctrinas sin un cuestionamiento. ¿Por qué se ha producido esta situación? ¿Qué es lo que sustenta un culto tan vacío? El propio Ibrahîm nos ofrece una respuesta:
“Habéis dado en adorar ídolos en lugar de Al-lâh
únicamente por mantener un lazo de amor,
en esta vida, entre vosotros...”.
(Qur’án 29: 24)
Lo que mantiene en pie la adoración de los ídolos es el intento de mantener lazos de amor tribales, unos lazos basados en la conveniencia antes que en la conciencia de su Sustentador. Esto nos recuerda en muchos aspectos al tipo de “religiosidad” que se difunde hoy en día muchos países de mayoría musulmana: una religión de estado, basada en la costumbre y la repetición mecánica de ritos. Ya no se sabe en que momento de la cadena de transmisión se dejaron atrás los contenidos. En todo caso, verificamos que la transmisión ha sido rota, que la educación ha perdido su capacidad de despertar en los creyentes el sentido profundo de la revelación.
Separar a Al-lâh de cualquier forma de representación es separarlo de cualquier signo de identidad y devolverlo a lo incondicionado. Es, necesariamente, romper con la religión de los antepasados y establecer un vínculo interior con Al-lâh, cara a cara a nuestro Sustentador, tal y como Ibrahîm hiciera surgiendo de lo más oscuro de la noche. A Al-lâh no lo encontramos en la cultura humana, aunque la trascendencia sea el motor de las más excelsas creaciones del hombre. Quienes pretenden ver a Al-lâh encarnado en una cultura o religión determinada están en un claro extravío.
El propio Ibrahîm explica lo inútil de esta “religión tribal”:
“... pero luego, en el Día de la Resurrección,
renegaréis unos de otros y os maldeciréis unos a otros
—pues vuestra meta común es el fuego,
y no tendréis quien os preste auxilio.”
(Qur’án 29: 25)
Lo que fundamenta el "anarquismo espiritual" de Ibrahîm es el hecho de que nada puede sustituir la relación directa del hombre con su Sustentador. El Juicio es el momento en el cual todo lo superfluo se desvanece, es el propio declinar de los astros en el cielo, la destrucción de todo lo que ahora nos parece sólido. Ese Día no seremos juzgados más que por nuestras acciones, de nada nos servirá el alegar que creímos servir a Al-lâh con nuestro culto vacío de sentido.
3. El sueño del sacrificio
Recapitulamos los “cuatro momentos” de la experiencia iniciática de Ibrahîm. En primer lugar el amor como motor de toda búsqueda auténtica, en segundo lugar el reconocimiento de las limitaciones en que viven las criaturas, en tercer lugar la orientación a lo más grande, tras la que llega la intuición de la presencia de Al-lâh, que no deja otra opción que postrarse, caer de bruces en señal de sometimiento a nuestro Creador. Ahora podemos comprender lo qué quiere decir Ibrahîm cuando exclama “no amo lo que se desvanece”. Quiere decir, ni más ni manos, que su amor no admite límites.
Con esto, nos situamos en el momento en el cual Ibrahîm recibe un sueño de Al-lâh: el de sacrificar a su hijo. Un sueño no es algo ajeno, sino el reflejo de nuestros deseos más profundos. A través de él, Al-lâh le revela a Ibrahîm el conflicto que se ha producido en su interior: la contradicción que hay entre su deseo de “no amar otra cosa que Al-lâh” y su amor por su hijo Ismael, perteneciente al mundo de las criaturas. El episodio del sacrifico lleva al paroxismo este conflicto, de la imposible relación entre lo múltiple y el Uno, de la distancia insalvable entre Al-lâh y todo lo perecedero.
Al-lâh nos dice en la surat al-kauzar (la abundancia):
Te hemos dado la abundancia.
Haz el Salat hacia tu Sustentador, y sacrifica.
El que te odia es el estéril.
(Qur’án, surat 108)
Debemos estar dispuestos a sacrificar todo aquello que nos impide acceder a la abundancia. Sacrificar cosas sin importancia, los ídolos que nos limitan, que nos mantienen encerrados en nuestro compartimento estanco. Poder, eternidad, dinero, triunfo, sexo, ideología: cada uno sabe de lo suyo. Complacer a Al-lâh, ponernos enteramente a Su disposición, al servicio de la fuerza matriz de la existencia, que hace mover los cielos y la tierra, que nos abarca y aniquila, que responde a nuestra entrega con una mirada cariciosa. Esto no es doloroso más que para el ego, lo más pequeño de nosotros mismos. Por el contrario, este pequeño dolor (ruptura de los límites del ego como medida de las cosas) nos capacita para un placer más grande, el del encuentro en Al-lâh con nuestros semejantes.
El camino del islam no nos exige renunciar a los bienes de este mundo, sino el desapego respecto a estos bienes. Solo aquel que está dispuesto a abandonarlo todo obtiene un verdadero bien. Solo aquel que ha superado la esclavitud de las ideas, las cosas, los sabores y los seres, y se ha vuelto completamente hacia Al-lâh, está en disposición de gozar de las cosas, de las ideas, de los sabores y los seres. Lo que ha dejado atrás es la angustia enfermiza de la pérdida, el afán de control que caracteriza el amor egoísta, el falso amor de los cobardes.
Solo el desapego nos libera, nos trae los dones de lo abierto. Liberarse no es abandonar el mundo, sino transitar por él sin condicionamientos superfluos, sin miedo a la pérdida y la muerte. Solo así el hombre se pone en disposición de cumplir con aquello para lo que ha sido creado, de hacerse señor de su existencia. El que odia (el que es incapaz de amar a Al-lâh) es el estéril. El que ama a Al-lâh, recibe a su hijo Ismael (as) como recompensa.
La intervención de Al-lâh, y su ofrecimiento de un sustituto, es una misericordia para las criaturas, uno de los signos decisivos del Qur’án Generoso, y aquello que los musulmanes celebramos el ‘eid al adha. Mediante el sacrificio del cordero superamos la fractura y descubrimos que nuestro amor por la Creación de Al-lâh es el signo privilegiado de nuestro amor a Al-lâh.
Por eso, Al-lâh nos dice que ha favorecido a Ibrahîm (as) en esta vida y en la otra:
¿Y quien, sino alguien de mente débil,
querría abandonar la fe de Ibrahîm a quien, en verdad,
favorecimos en esta vida y en la próxima estará,
ciertamente, entre los justos?
(Qur’án, surat 2, ayat 130)
Ismael no es solo el hijo de Ibrahîm, antes que nada es una criatura de Al-lâh, un ser sometido a Su mandato. Es plenamente hijo de Ibrahîm solo en el momento en el cual éste reconoce que no es suyo. Así, Ibrahîm se libera del amor como cadena, Ismael es liberado de la tiranía de su padre, de la religión como una herencia cultural, separada de la experiencia espiritual que la sustenta. Ibrahîm reconoce que Ismael pertenece por entero a Al-lâh, lo entrega a su Señor para que sea Él quien lo guíe hacia el camino recto.
Al principio de su búsqueda espiritual, Ibrahîm ha abandonado el culto idolátrico de sus ancestros. Sabe que toda transmisión espiritual puede perderse, cosificarse en una piedra que nada aporta y nada significa. Ibrahîm no puede pretender que su hijo acepte su religión como su padre Asar pretendió que él aceptase la suya. Lo que Ibrahîm ofrece a Ismael es su sueño, el de la propia muerte, su límite en la sombra. La aceptación por parte de Ismael es su iniciación al despaego, su propia noche oscura. De ella, Ismael despierta a la presencia de Al-lâh como una misericordia ilimitada.
La predisposición de Ismael a ser sacrificado es la muestra de que comparte el desapego de su padre. A causa de su entrega, Ismael se convierte en un Profeta (as), y Al-lâh no diferencia entre sus enviados. Al asumir su destino y aceptar la muerte, Ismael se pone a la altura de Ibrahîm. Ambos comparten el mismo dîn, la misma intensidad de entrega. Ibrahîm e Ismael son entonces hermanos en Al-lâh, el uno aprende del otro, y juntos están en disposición de edificar la Kaaba.
Epílogo
Todo viene de Al-lâh, y hacia Él es el retorno. Es fácil de decir, pero asumir este hecho no es tan fácil. Hay que aceptar el sueño como guía, estar a la espera del mandato que nos lleve como un cordero al sacrificio. No vale la pena vivir una vida de espaldas a ese sueño, de espaldas a los signos mediante los cuales Al-lâh se nos revela. Hay que asumir ese mandato interno que hace de nosotros califas de la Creación, criaturas libres de todo lo mundano, capaces de vivir entre las criaturas como seres del otro mundo en este. Con ello, hemos roto las barreras, el âjira es eldunia.
En el ‘eid al-adha celebramos la cumbre del peregrinaje místico de Sidna Ibrahîm, que la paz sea con él, el encuentro entre el amor humano y el amor divino. Es el secreto de la piedra negra, polo de orientación, lugar de encuentro para los seres sometidos.
Ibrahîm ama a su hijo, y ese amor es un vínculo sagrado, el mismo vínculo que une a Al-lâh a sus criaturas. Así pues, el amor a Al-lâh puede realizarse. Cuando somos capaces de amar desprendidamente, dirigirnos a las cosas y a las criaturas con la plena conciencia de que están siendo creadas por Al-lâh, aquí y ahora. Cuando somos capaces de ver las cosas en el momento de Su creación, entonces el bien y el mal se evaporan, se desvanece todo juicio y estamos dispuestos a aceptar y obedecer, a gozar y a luchar en el camino de Al-lâh.
Al-lâh no quiere que renunciemos a nuestro amor por lo perecedero, ni siquiera a nuestro amor propio, sino que nos amemos como criaturas sometidas, como musulmanes, con nuestras limitaciones y defectos, en la certeza de que no existe otra Realidad que Al-lâh. ¿Cómo no vamos a amar todo lo que nos rodea si no existe nada más que Al-lâh? Ciertamente, no amo aquello que se desvanece.
Wa al hamdu lil-lâhi rabi al 'alamin,
wa bi hi nasta'in
Alabado sea Al-lâh, Señor de los Universos,
y a El nos encomendamos